Al igual que para la política, el derecho, e incluso la justicia, dos más dos no suman siempre cuatro, en el mundo de los mercados financieros no existe ni el blanco y el negro impolutos ni las matemáticas exactas. Como en la vida real, los sentimientos imponen su ley, y una escala infinita de grises es la que guía las decisiones, ganancias y pérdidas de los toros y los osos, los técnicos y los fundamentales, de los especuladores, y hasta los jornaleros del mercado.
Hoy, por ejemplo, en Europa los principales índices abren al alza porque los futuros de Wall Street auguran subidas en la madre de todas las bolsas. Resulta sencillamente que, durante este fin de semana, lo norteaméricanos decidieron salir de compras y consumir. Y este pequeño y subjetivo detalle anima a toda clase de compradores.
En España el Ibex 35 cerró la semana con unas pérdidas cercanas al siete por ciento y en lo que va de año lleva ya perdido un veintidós por cento. Paradójicamente la principal Bolsa española que acaba de cumplir 180 años, en este año de pérdidas marcará su cuarto mejor ejercicio histórico de entrada de capital. Unos 35.000 millones de euros que en tan solo unos meses se han convertido en 27.000.
Así las cosas he preguntado a una veintena de amigos electrónicos sobre su sentimiento ante el nuevo año en cierne. ¿Volverá el Ibex a rozar los diez mil puntos?
La tarta refleja el empate de opiniones en las respuestas, todas documentadas con razonamientos de interés y solvencia. Los partidarios del sí confían en que los problemas de la deuda y la prima de riesgo se irán solucionando a medida que el nuevo gobierno del PP sea capaz de generar confianza en los inversores del mercado.
Los partidarios del no ven los problemas demasiado estructurales y centran su respuesta en referencia a las cifras del paro que, siguen al alza en nuestro país, según la mayoría de las previsiones económicas.
Los que deciden contestar que ni si ni no, sino todo lo contrario, con fundamento razonan sobre la importancia de las elecciones que durante 2.012 van a protagonizar las políticas de numerosos países del G-20.
Un abanico de respuestas de bolsa ficción que reflejan lo difícil que resulta en esta crisis galopante, apostar a una tendencia clara. Habría que pregunta a la señora Merkel porque su nombre aparece curiosamente en el noventa por ciento de las respuestas.