«Tengo una mala noticia. nada fue un error… No quiero que me perdones y no me pidas perdón», lo dijo así Andrés Calamaro y su letra se convirtió en una canción versionada al infinito.
Muy de mañana, el éxito se mete en mi cabeza creo que para todo el día: Lo oigo en la calle. Una pareja lo tararea mientras camina animosa por la plaza de Santa Ana. El va con una cámara en la mano y ella empuña un micrófono. En un momento dejan de cantar y muestran su juego en un elegante portal de la calle del Prado. Realizan un vídeo para vender un piso por internet con la técnica de la cámara al hombro y la entradilla de los reporteros. Reconozco su optimismo, su afán de trabajo mientras sigo mi camino. Acto seguido me entretengo en el kiosco. La portada del ABC me llama la atención. Se ve a Griñan, el presidente socialista, hablando por teléfono con el siguiente titular:
Griñán ordena cortar los pagos para maquillar las cuentas. Nuevo escándalo en Andalucía
Y la canción resuena en mi memoria. «Nada fue un error». En la Junta de Andalucía nada es un error.
Gracias a la pareja que imagino está trabajando toda la mañana por un salario de nada, intuyo que en la política española y en las hechuras del partido socialista, nada es un error. Pura ideología al estilo PRI. Todo para mis amigos y aquellos que piense igual. A los demás, equivocados, ni agua.
Solo espero que la progresía indignada de la calle y sin trabajo apoye hoy al ministro Montoro del Partido Popular que propugna poder meter en la cárcel a los políticos gastones que creen que el dinero de los impuestos no es de nadie, salvo del aire, los hipopótamos, y sus secuaces, claro está. Y es que es imposible volver el tiempo atrás. Lo gastado gastado está.
Y es que alguien puede confiar tampoco en los que teniendo sus soluciones maravillosas en la oposición no las propusieron, o no apoyaron a los que sí querían imponer la decencia, aunque del partido opuesto. A mi todo me suena a camelo, a imagen, a marketing político. Y desde fuera nos imponen el cerrojo, porque no se fían nada de nosotros, que encargamos 100 gramitos de caviar para mi madre con cargo a los fondos públicos. Algún creyente queda aun?
Bueno….los errores nos eligen…jejejé… pintan bastos!