Un pajarito le pregunta al otro ¿Sabes quién ha ganado las elecciones en Venezuela? y la respuesta del informado y atento a la realidad sociopolítica, no hay nada mas que verle sus ojos, le contesta cómo no puede ser de otra manera: ¿Chávez?.
Porque Venezuela ese país rico en el que hoy no hay ni pan, gasolina, arroz, aceite, compresas, ni maquinillas de afeitar de un solo uso en sus mercados locales, entra esta mañana en la terrible condición de país dividido como resultado de sus elecciones. El triunfo de Chávez que dividió su país para poder gobernar.
Y allí, como consecuencia de las sospechas internacionales de pucherazo, que van a crecer durante toda la semana como la espuma, comienza esta mañana un periodo de incertidumbre en el que esa violencia social que ya ostentan sus calles puede enseñorearse de las voluntades tanto de su buena como de su mala gente.
Chávez, el pajarito, demostró una innegable capacidad supervivencia política gracias a sus alianzas cubanas de raíz bolivariana y mantuvo con el pago de su petróleo, y su oro, una maquinaria de poder tan efectiva como peligrosa. Unos engranajes basados en en ejército, en el que una importante proporción de sus mandos están hace tiempo cansados de acatar las órdenes de los generales cubanos.
Imposible hoy no acordarse de la conocida expresión bíblica de la siembra de vientos y la recolección de tempestades.