Hay seres viscerales, sectarios, que incluso llegan a la descalificación personal y apelan a la democracia para acercar la sardina a su ascua. Sin egoísmos eso sí, por el mero hecho de firmar su razón y, de paso, comerse la sardina del espetón. Duermen bien y siempre tienen la ética personal a resguardo porque ellos son socialdemócratas y rezan al bien todas las noches. Ese mismo bien que les procuró Zapatero en España,con las ocurrencias de Leyre Pajín y la otra amiga del flamenco, ministra también y de cuyo nombre ni quiero acordarme. Las mentiras ideológicas de sus generales en el Banco de España, en el Ministerio de Economía, en Fomento y los demás seres bellos, izquierdistas, buenos, como es su sucesor, el señor Rubalcaba, el Fouché indestructible de la política española porque todo lo sabe y todo lo ve,
Conocí a algunos de los ministros autonómicos del Tripartito catalán por avatares del destino y a sus jefes de prensa vestiditos de diseño a quince mil. Y ahora resulta que espiaron a sus correligionarios y no se les ocurrió otra cosa que engañar con tapaderas tan ecologistas como la del cultivo de avellanas en Cataluña a treinta mil. ¿Durmieron bien?
Ay, que dulzura proporciona el amor de las buenas causas.
Lo único que tengo que decir al respecto son dos cosas: a) en todas las casas cuecen habas; y b) otra cortina de humo más.