Durante toda la semana pasada muchos amigos de Facebook han publicado un par de fotomontajes repetidos hasta la saciedad con ánimo despechado, un punto de indignación y mensaje rebelde ante la injusticia política y social que todos sufrimos. Son estos:
Y no profundizo sobre la regla de nuestros mayores que expresa lo odiosas que resultan las comparaciones, sino sobre la infinita demagogia que asumen aquellos que publicitan estos mensajes.
Un servidor no conoce a ninguno de los cuatro protagonistas, pero solo es necesario leer las comunicaciones que han redactado algunos grandes y jóvenes investigadores españoles como esta de los doctores Antonio I. Fernández Domínguez y Elena del Valle Reboul, dos científicos que trabajan en Inglaterra, o esta otra desde el blog «De la I a la D» para comprender que Elvira Lindo, Forges y otros líderes de opinión juegan con fuego con tal de manipular a favor de sus amos y contar a medias la historia de Diego Martínez, el mejor físico de Europa.
Además, en esencia, es injusto calificar, denigrar y comparar, a una ex miss sin conocer su curriculum y, posible o no, preparación laboral para el contrato de trabajo que ha firmado. El nepotismo es uno de las grandes corrupciones de las instituciones públicas de nuestro país quizás equivocado y maltrecho por la crisis, con los recortes, pero sobre todo por un profundo desprestigio que muchos cimientan de envidia y alicatan con barata demagogia.
Crisis moral. Este es el problema. Ilustro sentimental el concepto con una pequeña noticia que publica hoy el ABC de Andalucía. Dice así: «En total, este año la Junta ha destinado 15,4 millones de euros para personal eventual y el denominado «singularizado», en ambos casos nombrado a discreción de la Presidencia de la Junta o de los consejeros».
Con mis disculpas por delante, por un necesario sentido del humor.
Como dice en uno de sus temas mi «idolo» Peret, parece que «la Fiesta no es para feos»