«Lo más visto del cine español es la gala en la que se entregan esos premios que poblarían los peores sueños de Goya. Y no ha lugar a la consolación porque la charanga es retransmitida por la televisión pública que sufragan los contribuyentes para satisfacción onanista de los cómicos de la legua.
Si el aburrimiento matara (que mata) la gala sería más letal que el cólera morbo y es la prueba de Dios de que si no saben resolver con ingenio un par de horas de entretenimiento festivo ¿cómo van a evitar la estampida de cinéfilos de las salas de proyección? Tal es su falta de seriedad que el presentador atribuye la serie «James Bond» al cine americano cuando es la saga más prolongada de la cinematografía británica.
Se nominan películas retiradas con nueve mil espectadores, y la propia gala desangra su audiencia. La pomposa Academia de Cinematografía se ha autoconvencido de que es el ombligo de la cultura, cuando sólo es industria herrumbrosa en la que se hacen películas subvencionadas que no se estrenan y se dan productores judicializados que no pagan…»
Martín Prieto
Rafael Gómez De Marcos