Compruebo en la actualidad que el viejo axioma de los grandes periodistas no va, ni de lejos, con la casta española. Aquí no solo no se ahorcan, por mucha cuerda que les demos con harta paciencia y dinero público, sino que los políticos aprovechan la soga para asfixiar a los demás.
Artur Mas lidera la incongruencia porque con su razón, sentimientos o delirios, y su poder, somete a sus electores a la quiebra social y en definitiva a la guerra que en un primer nivel ha restregado ya por la cara de muchos catalanes sufridores ya de los resquemores entre familiares y amigos, la incomunicación entre compañeros de trabajo, y hasta la retirada del saludo cotidiano entre vecinos. Intuyo que se trata del comportamiento propio de los malvados que sobreviven en su particular pedestal gracias a la imagen de buenos de corazón que transmiten y les compran sus acólitos a cambio de lucrativas prebendas sociales.
Otro líder claro de este buenismo que axfisia a sus congéneres, con las palabras y conceptos que a él mismo deberían ahorcar, es el alquimista social Zapatero que hoy vende a la sociedad el feminismo y «valencianismo», como ejemplos a seguir de la auténtica democracia, el sentido común y esencia del progreso que representan para todos los hombres buenos y socialistas la señora Elena Valenciano.
Y claro está que lo del sentido común tiene su importancia y por eso llevamos unos día oyendo las propuestas socialistas españolas para la vieja Europa centradas en una troika social y de buen rollito. Por supuesto también de la necesidad del progreso y, por ello, parece que olvidamos las políticas hidráulicas que estreno Zp tras el golpe terrorista del 11 M el mismo día que traicionó a nuestros militares con su vergonzante retirada del ejercito español en Iraq.
– «Hay que tensar la cuerda querido Iñaki» porque, en definitiva, nos conviene la guerra. Y así estamos. Desgraciada contracorriente del sentido común, el progresismo y el bienestar social.
¡Qué razón tienes, don Manuel! Un abrazo.
Que no nos desespere el desatino!!!
No se puede esto ante la sin razon.
En este momento existen demasiadas cuentas reales, (no emotivas ni políticas, que además) pendientes a justificar en España. Y como soy ignorante solo me remito a desde entrar en CE . Concesiones y dineros, luego administrados por quien correspondiera y repartiera a su gusto un poder no real, y que por supuesto no fue en beneficio de este pueblo español que nunca me cansaré de mencionar como cabal.
El precio, deudas inmorales, y dentro de esto, una pregunta que incluso me hago ante mi misma en voz muy baja, ¿ que pasa con la Soberanía Nacional?
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