Manuel Artero Rueda 
En España, y casi todos lo lamentamos, no es que el dinero público no sea de nadie sino que lo llevan en el bolsillo, y lo gastan para su democrática ideología, aquellos que luchan y se esfuerzan para acabar con el propio estado. Así, los pancatalanistas valencianos, que de todo hay en el Reino de Valencia protestan en la calle izando las esteladas catalanas y, a coro, gritan que sin Valencia no hay independencia. Les veo las caras e imagino la mina de donde sacan sus habichuelas diarias. Muchos son funcionarios de todo tipo, sobre todo de educación que hombro con hombro, corean al ritmo de algún espía de los que Artur Mas paga con el dinero público, y de estado por tanto, de sus fondos reservados. Desfilan también una gran proporción de jóvenes que compran en el Mercadona de referencia gracias a una subvención por sus tareas solidarias en diferentes ONG,s. Y seguro, que son todos buena gente y por supuesto pacifistas que asume la democracia y la madre de todos sus lemas: Por el derecho a decidir.
Como muchos de nuestros políticos que cobran del Congreso de los Diputados y que al igual que estos saludables manifestantes, es muy probable que hayan compartido mas de una tarde de te, pastas, y una nubecita de leche, por favor, con los líderes de la ANC o algún que otro miembro local de las organizaciones locales de ERC. Buena gente progresista que en su entorno subvencionado han sembrado de odio las relaciones sociales, porque son ellos, claro está, los que tienen razón: España nos roba, España contra Cataluña, no nos dejan votar, y viven a nuestra costa, han sido y siguen siendo el cogollo de sus frases hechas, que repiten y explican cada día en sus medios de comunicación subvencionados por el estado español.
Quizás incluso, unos y otros, comprendan, respeten y amparen las malditas por totalitarias esencias de aquellos que han lanzado botes de pintura contra las sedes de «Ciudadanos», del PP y UPyD y con las manos manchadas de intolerancia han escrito en las paredes frases racistas y de odio, o sencillamente pervirtiendo su derecho a la libertad de expresión decidieron bocotear en la Universidad de Barcelona la conferencia que iba a pronunciar doña Rosa Díez, porque la señora, no se merece el uso de la palabra por ser españolista y manifestarse en contra de sus democráticas ideas.
Son falsos demócratas que han tejido con dinero público la trampa de la estrategia mortal de la araña. El definitivo huevo de la serpiente. Y por eso, hoy todos necesitamos saber si la señora bien vestida, de unos cincuenta años, y con ese talante democrático, que expresa a la perfección el lema, pancatalinista y sacro santo, del derecho a decidir, decidió durante este fin de semana agredir al señor Pere Navarro, está subvencionada con el dinero de todos.
Sería una terrible paradoja de este Estado de las Autonomías que ya ha llegado a su fin.
