Ayer me faltaron las fuerzas para contestar la pregunta de un amigo que me dijo con razón que la única forma de erradicar una enfermedad, es diagnosticarla y plantar cara con un tratamiento efectivo. ¿ Podremos en España?
Y no le respondí porque estaba deprimido por las expresiones de algunos españoles acerca del asesinato de la señora Carrasco y ocupado en una reflexión que me crecía en los pensamientos ¿Abandono Twitter?
Veinticuatro horas después tampoco puedo responder, o mejor y mas sinceramente, me da miedo responder por una sencilla razón: Mis razonamientos me aseguran que no, que no podremos en esta España que ha descarnado el odio para lucirlo envuelto para regalo de la herencia de nuestros hijos y se jacta de lucir la enfermedad con peros y sin embargos que se pretender razonados y democráticos.
Lo peor los chistes malintencionados y cobardes que destilan progresía barata como el que todavía me cuentan algunos conocidos en el que comparan el asesinato con la masacre porque Isabel Carrasco tenía trece cargos públicos. Y mas allá de la moral, quedará para la historia la utilización política e ideológica de quienes hacen del suicidio de las personas un arma electoral.
No me atrevo a contestar amigo porque quiero creer que sí, necesito creer que sí y la calle, los chistes, los peros y los sin embargo me dicen que no.
Suscribo tu reflexión, querido don Manuel. Esto no pinta bien. Un abrazo.
Antonio de la Torre Enviado desde mi iPhone