«… Nunca desde la Transición había vivido España un período de tanta invertebración orteguiana ni se había sentido envuelta en tal atonía intelectual y política. Un momento tan decaído y pusilánime que permite al banal pensamiento twitter destruir en cuatro frases cortas toda la arquitectura jurídica y moral de un sistema de libertades que de repente se ha vuelto quebradizo y vulnerable. El problema no son los charlatanes oportunistas propios de toda etapa convulsa; es la ausencia de vigor y masa crítica positiva, la renuncia al debate y a la pedagogía lo que está amenazando con un fracaso histórico…»
Ignacio Camacho