Para la final de mañana sábado de la Copa del Rey entre Barça y Athletic se ha calentado tanto el ambiente que ya no queda fútbol, tan solo lo peor y lo mas infame de la política entendida como deslealtad, provocación, arrogancia y, a chorros, la manipulación, centrada para esta gran ocasión en la inigualable frase democrática de la libertad de expresión.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha pedido que no suene el himno de España o que para contrarrestar «la osadía», que se oigan en el estadio los himnos de Cataluña y el País Vasco. Los catalanes subvencionados de la ANC por su parte, publicitan el encuentro como todo un espectáculo independentista. Y entre unos y otros, y no se entiende ni el cómo ni el por qué, ya han conseguido en este precalentamiento político que los veintidós «deportistas» salgan a pisar el césped sin la imagen de la Copa con los colores de la bandera de España en sus camisetas como informa hoy El Confidencial.
Y mañana después de pitar el Himno de España, a nuestra bandera, al Rey y a todos nosotros nos quedará hacernos las dos preguntas que hasta ahora nunca hemos tenido la valentía de contestar, pero que quizás vaya ya siendo hora:
La primera: ¿Qué les queda? … Por hacer, por insultar, por dilapidar, por pedir … y, la segunda ¿Que nos queda a los demás?
A ellos les queda el haberse » pixat» en España. A nosotros, a nuestro Rey. El ridículo como casi siempre que se trata con los separatistas. Que recuerdo que son una minoría.