El señor Bou, Joep Bou, el presidente de los empresarios catalanes habla esta mañana desde Barcelona y cada una de sus palabras es un dardo afilado contra la mafia política que gobierna su Comunidad Autónoma. Nos envía un mensaje de comprensión para esa mayoría de empresarios que calla y otorga porque sencilla, y humanamente, trabajan allí, en una sociedad tejida como una tela de araña por el poder político, que otorga las concesiones, facilita, subvenciona, prohíbe, multa, discrimina y anula. Personas que, en definitiva, tienen mucho que perder como en esencia cada uno de los pakistaníes independentistas de la foto, porque se trata de la posibilidad de futuro, la familia y la prosperidad.Nada de juegos. La apuesta es mortal.Y la esencia es que Artur Mas, sus seguidores, los de ERC, y los de más allá juegan al órdago con unos dados trucados que han comprado en el mercado persa de la financiación estatal y las componendas políticas. Tan solo les falta decir en su televisión subvencionada que el voto de los ciudadanos para su esquizofrénica lista resolverá sus propios problemas. Y si lo dijeran muchos se lo tragarían porque por ellos cobran a fin de mes. Como los diabéticos que están dispuestos a morir por engullir el azucarillo envasado con el lema de la secta que les hace olvidar el contenido. Pobres enfermos que en definitiva olvidan el instinto de supervivencia amedrentados por la ley que a diario viven: «Ignorar es lo mismo que matar pero sin ensuciarte las manos».
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