
Mientras en Barcelona Inmaculada sigue con su política de apaciguamiento de estos nuevos camisas pardas, en Madrid Carmena continua con el derribo del Estado de Derecho.
Que Inmaculada ignore que las políticas de apaciguamiento de los fascistas ya fracasaron históricamente es lógico en su caso, más imperdonable es en el caso de su antecesor, el convergente Trías, al que se le suponía algo más de capacidad de discernimiento.
En Madrid un grupo de ciudadanos adquirieron con su dinero en subasta pública unos terrenos que el Ministerio de Defensa había dejado sin uso. Pretendían los muy ingenuos construir allí sus viviendas para lo cual elaboraron un proyecto según las leyes urbanísticas.
Y ahora, el Ayuntamiento de Carmena les está negando las licencias porque pretende que abran los espacios comunes al público y “regalen” una parte para lo que ellos llaman “equipamientos públicos“. Es decir, para que lo disfruten quienes nada han aportado. Es la política sistemática de aniquilación del derecho de propiedad privada y de los derechos individuales. Del Estado de Derecho en definitiva.
Dictadura de manual: La ley es lo que yo decido que es ley y lo demás no cuenta.