
«Recuerdo esta mañana la foto, espeluznante testimonio del horror del terrorismo islámico, que circula desde hace mas de dos años por los infinitos mundos de internet»
Recuerdo esta mañana la foto, espeluznante testimonio del horror del terrorismo islámico, que circula desde hace mas de dos años por los infinitos mundos de internet gracias a un misionero claretiano que denunció en su día el asesinato de cientos de católicos en la iglesia de una aldea de Nigeria. Un terrible documento que fue silenciado por los grandes medios de comunicación e incluso fue censurado de las amables páginas de Facebook y no como este otro en el que la imagen muestra otra acción del terrorismo islámico el día en el que decidieron quemar calabazas en lugar de personas y paradójicamente circula en libertad por los democráticos países occidentales y sus redes sociales.

Olvidamos muy pronto el drama de las casi doscientas adolescentes secuestradas por el terrorista islamista Boko Haram el 14 de abril hará dos años y, se me pasa por la cabeza de nuevo el holocausto contra la población católica que ese país africano sufre desde hace ya diez años, mientras Occidente mira para otro lado.
Una de las niñas que pudo huir de sus captores musulmanes relató las continuas violaciones a las que son sometidas sus compañeras convertidas en moneda de cambio y esclavas sexuales de unos seres que imagino convierten la violación en un acto de fe para su particular paraíso.

Y en esa ciénaga de podredumbre humana tan confusa como el propio mal, las noticias amplifican el delirio con sus medias verdades, sus mentiras o humildes inexactitudes, lógicas por humanas, por otra parte, en ese país que es el mas habitado de África, en el que un grupo terrorista cuenta con un campo de milicia terrorista, medio santuario sin ley, en el corazón del bosque de Sambisa.
Y tan solo una lucecita entre líneas, y entre las sombras, que no todos los medios de información recogen: La posible intervención de los norteamericanos que me imagino se concretaría con una rápida y secreta intervención armada. Precisa, quirúrgica, letal y que ¿Cómo no? en caso de que se produzca, será el blanco de las iras de los jóvenes comunistas españoles que reclaman Granada para los árabes, los sacrosantos intelectuales de Amnistía Internacional que ya han redactado un montón de folios sobre la violencia de la policía española en contra de la libre manifestación y las maldades del Imperio pero no quisieron saber nada de la foto que abre estas líneas y que sobrecoge el alma por su falta de manipulación y, si me apuran de ese discreto photoshop que habría añadido una sutil cortina capaz de difuminar lo innombrable.
Espeluznante documento gráfico que por mucho tiempo que pase no deja de ser terrorífico. Lo he visto varias veces y sólo puedo expresar mi repulsa a semejante barbarie. ¿Qué hace el llamado mundo civilizado para evitar estas masacres trágicas? Deberíamos hacérnoslo mirar. Un abrazo. Antonio de la Torre.
Sobrecogedora reflexión Manuel.La comparto con dolor e indignación.
Gran artículo y pensamiento…
Totalmente de acuerdo… llevo años levantando mi voz silenciosa contra la persecución a los cristianos… Hace algún tiempo le comenté a un familiar, comunista y podemita, que las mujeres como ella, afiliada a un progresismo regresivo, no denunciaban nunca la persecución a los cristianos por parte del Islam… me contestó que meterse con los cristianos resultaba gratis… no pasaba nada… pero con los yihadistas era otro cantar… Sin comentarios. Gracias por este artículo.