Gracias Papá y Mamá por ese momento infinito de momentos de felicidad

«No fueron varios momentos, así, sin más, fue sencillamente EL MOMENTO, con mayúsculas… Seguramente, los más bonitos de mi vida»

Hoy recuerdo con mucha nostalgia aquellos 6 de enero en que tras una noche de nervios e insomnio, esperaba ansioso con un ojo entreabierto y haciéndome el dormido la llamada de mis padres para acercarme raudo al salón de mi casa e iluminando mis centelleantes ojos, admirar aquellas montañas de regalos de mis queridos Reyes Magos.

Más que mi alegría y éxtasis recuerdo la expresión de felicidad de mis padres disfrutando precisamente de la mía, eso es impagable, lo mantendré en el recuerdo hasta el fin de mis días. Recuerdo las artimañas de mis padres para decirme que los Reyes se habían comido los polvorones que dejaron la noche anterior en la mesa del salón y se habían tomado esa copita de vino o de champán que siempre dejaban a medias. O ese barreño de agua que preparaban mis padres para que bebieran los camellos y que estaba casi vacío cuando yo iba al salón.

Y yo que siempre me afanaba por verlos, saludarlos y abrazarlos, pero nunca podía porque ya estaban de vuelta a Oriente con sus camellos… Y luego, el abrir apresurado aquellas cajas de regalos con el fuerte comanche y sus indios y americanos, con el Scalextric, con aquellas «gasolineras» llenas de luces, con el cine Exin, con los juegos de magia Borrás, con los clicks de Famobil, con mis coches de ambulancia o policía tan ruidosos con sus luces, con mis estuches de lápices de colores. Y con mis patines, mis guantes de boxeo, mi balón de fútbol, mi bicicleta…

No fueron varios momentos, así, sin más, fue sencillamente «EL MOMENTO», con mayúsculas… Seguramente, los más bonitos de mi vida. Tendría que agradecer tanto a aquellos Magos de Oriente que me hicieron tan feliz durante aquellos años pero más aún a los que convirtieron en realidad mis sueños que fueron mis queridos padres. Gracias Papá y Mamá por tantos años de felicidad a los que contribuisteis con dedicación y esmero para hacerme un niño inmensamente feliz. Gracias eternas