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Las citas para el alma de Mercedes: Homenaje a Tennessee Williams. Teatro… Puro teatro

TENESSE WILLIAMS
Tennessee Williams

 

 

«Personajes inadaptados, perdedores, marginados, desamparados… Así es el teatro de Tennessee Williams, este gran dramaturgo estadounidense, dos veces ganador del Pulitzer»

 

 

 

Personajes inadaptados, perdedores, marginados, desamparados… Así es el teatro de Tennessee Williams, este gran dramaturgo estadounidense, dos veces ganador del Pulitzer, además de otros numerosos premios a lo largo de su carrera. El autor que fue declarado no apto cuando los EEUU entraron en guerra, debido a su expediente psiquiátrico, su homosexualidad, su alcoholismo y sus problemas cardíacos y nerviosos, fue también novelista, poeta y escritor de cuentos cortos…

Thomas Lanier Williams III, más conocido por el seudónimo Tennessee Williams, Columbus, Misisipi, (26 de marzo de 1911-Nueva York, Nueva York, 25 de febrero de 1983), es conocido mundialmente porque muchas de sus obras han sido llevadas al Cine. En el aniversario de su desaparición recordamos un fragmento de una de sus obras: «La noche de la Iguana».

Teatro…puro teatro.

 

TENESSE WILLIAMS...PURO TEATRO.

 

 

 

«(…) Aparentemente, Miss. Jelkes era una delicada tetera pero nadie podría adivinar lo que herviría dentro. Era tan delicada que los anillos y los brazaletes nunca eran originalmente lo bastante pequeños como para que se le ajustasen y tenía que quitarles una parte y hacer más pequeñas las sujeciones. Con sus grandes ojos grises translúcidos, el pelo rubio apagado y su perpetua expresión de confusión levemente ofendida, sin embargo, nunca pasaba inadvertida en un grupo de desconocidos, pues además sabía vestir de acuerdo con su tipo extraterreno. El apagado pelo rubio nunca estaba sin una flor y el cuello de sus fríos vestidos blancos siempre se adornaba con un llamativo broche de diseño esotérico. Le encantaba el dramático contraste de colores cálidos y fríos, la mancha púrpura en la nieve, que constituía algo así como la bandera de sus propios e inestables elementos constitutivos. Cada vez que entraba en un restaurante, en un teatro o en una sala de exposiciones oía, o imaginaba que oía, un murmullo de apreciación positiva. Eso le importaba, había llegado a ser uno de sus consuelos necesarios (…)»

 

 

(Fragmento de «La noche de la Iguana» de TENESSE WILLIAMS)

¡Buen día para todos!