Buen día para recordar que tras la epopeya socialista española del 92 llegaron a mis manos algunos datos de la corrupción atomizada, y generalizada, que muchos españoles generaron a través de los fondos europeos asignados a la creación de hoteles rurales en Andalucía y Extremadura. Un exhaustivo y documentado dossier sobre un montón de ciudadanos que habían recibido miles de euros para dedicar sus propiedades a la hostelería y, con el maná de la subvención edificaron su palacio personal y, una vez restauradas sus propiedades, no recibían clientes ni atendían hospedajes.