
«Las elecciones autonómicas preceden a la sentencia del juicio de los ERE, en el que están encausados 22 altos cargos de la Junta de Andalucía, todos ellos pertenecientes al PSOE»
Cuando apenas faltan 16 días para el inicio de una campaña electoral que se ha visto condicionada por los intereses de un partido en el poder, al convocar unas elecciones autonómicas que preceden a la sentencia del juicio de los ERE, en el que están encausados 22 altos cargos de la Junta de Andalucía, todos ellos pertenecientes al PSOE, esta comunidad autónoma está contemplando como dos de sus presidentes de gobierno más destacados desde que el estatuto de autonomía entrara en vigor, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, se sientan en el banquillo de los acusados como responsables de haber cometido sendos delitos de prevaricación y malversación de fondos, así como de cohecho, al haber permitido que se utilizaran 854 m de e pertenecientes a fondos de formación y empleo de la Junta de Andalucía, por los que les piden diez años de inhabilitación y seis años de cárcel respectivamente.
Este juicio de los ERE que toda la sociedad andaluza está contemplando con vergüenza, teniendo en cuenta la situación económica y social de la comunidad autónoma, es el reflejo de una manera de gobernar desde el socialismo, a lo largo de 40 años de gestión, en donde se han confundido los intereses de Andalucía con los intereses de partido y donde el partido que sustenta a los acusados, queda en una clara evidencia al no haber tenido ni tan siquiera la actitud de arrepentimiento de haber pedido perdón a la sociedad por lo sucedido.
Si esta situación de por si es grave, desde cualquier aspecto ético y moral de la política, resulta todavía más penoso que la actual presidenta de la Junta y secretaria general de los socialistas andaluces Susana Díaz, heredera de los dos ex presidentes encausados en el juicio de los ERE, adopte una actitud cobarde como el hecho de esconder la realidad de los desmanes sucedidos y no sea capaz de reconocer que quienes le han precedido en las labores de la presidencia de la Junta, además de esquilmar el futuro de los ciudadanos andaluces, han hecho un grave daño al futuro de una región que en el plano político nunca ha tenido la alternancia en el poder, mientras que en los planos económicos y sociales, estos comportamientos, la han hundido todavía más en una catástrofe de capacidades, que además de generar desconfianza, desazón y falta de credibilidad, hacen de Andalucía una región descolgada de todos los ámbitos de desarrollo, en relación no solo al resto de las regiones españolas, sino entre la totalidad de los territorios de la UE.

«Todo parece indicar que este juicio de los ERE no es más que el primer capítulo de algunos que nos quedan por vivir a los andaluces»
Todo parece indicar que este juicio de los ERE no es más que el primer capítulo de algunos que nos quedan por vivir a los andaluces, puesto que según se desprende de las actuaciones de investigación judicial que se están llevando a cabo en estos momentos, podría haberse producido una continua desviación de dinero público desde distintas consejerías de la Junta de Andalucía hacia determinados organismos paralelos de la propia administración por valor de unos 3500 m de e, aunque todavía queda por determinar la cuantía de las cantidades y el modo con el que se han hecho esos trasvases económicos, teniendo en cuenta que la jueza que ha abierto esta investigación, ha dado 45 días de plazo a todas la consejerías, para que le presenten las cuentas de las posibles transferencias económicas realizadas.
Mientras todo esto sucede, desde los ámbitos de poder andaluces, que no aceptan esta lamentable situación de vergüenza política para la región más importante de España en número de habitantes, todo lo que sea críticas por la gestión, por las formas descubiertas en la gobernanza, es considerado un insulto hacia lo andaluz, cuando la realidad nos dice que esas críticas no son más que la recogida de la cosecha que el socialismo ha sembrado a lo largo de 40 años y cuyos resultados, son más que patentes, puesto que una región que podía ser locomotora del desarrollo social y económico de España, se ha convertido en la protagonista de los mayores casos de corrupción y caciquismo de la historia democrática.
Andalucía no se merece ver esto, ni tan siquiera que, desde determinados sectores de la clase política, se pretenda esconder la realidad de lo sucedido, razón por la que es necesario que la sociedad tome conciencia de la urgencia que tiene la misma en redirigir los destinos de la región hacia un clima distinto, en donde se abran las ventanas, se levanten las alfombras y por situación de higiene democrática, se produzca una alternancia definitiva en el poder para reflexionar porque ha pasado esto, cuáles son las esperanzas de futuro que pueden originar en la región un sentimiento de regeneración política y democrática y sobre todo, un compromiso común de hacer posible que el desarrollo, la prosperidad se alternen con la eliminación de formas de gobernar que no solo avergüenzan a los ciudadanos sino que degradan el sentimiento de pertenencia a una sociedad que no se merece lo que le han hecho durante cuarenta años, sus dirigentes en el gobierno.
Veremos cómo acaba este juicio , hay muchos ladrones.De esto no se dice nada en el Congreso cuando el El PSOE acusa al PP de corrupcion .A ver si el PP espabilan.