El principal error de comunistas, totalitarios y falsos haploides es imponer la sociedad uniformada. Por Rodolfo Arévalo

Comunistas en acción. Por Linda Galmor
Comunistas en acción. Por Linda Galmor

«Ninguna hormiga piensa, no pueden hacerlo de manera diferente unas de otras, porque en realidad un hormiguero es un solo animal, un solo individuo»

En esta vida, uno hace lo que tiene que hacer. Esta, verdad de Perogrullo, sería loable y plausible si todos fueran iguales. Las hormigas lo son, porque son haploides, solo portan la mitad de la dotación genética. Su reina tiene la dotación completa, es diploide. Por eso es la única capaz de pasar variaciones genéticas a su descendencia cuando en ella se producen errores o mutaciones genéticas, unas válidas y otras condenadas a desaparecer. Por eso las colonias de hormigas funcionan como un reloj, en realidad ninguno de sus individuos es libre, todos están sujetos a la interacción mutua por sustancias químicas que el grupo interpreta como propias, es como un engrudo flexible que las mantiene unidas. Claro ninguna hormiga piensa, no pueden hacerlo de manera diferente unas de otras, porque en realidad un hormiguero es un solo animal, un solo individuo, que vive gracias a todos sus componentes. El único ser independiente es la reina del hormiguero, pero necesita todas sus partes o unidades independientes para sobrevivir.

Hay varios grupos de animales que en teoría son uno solo, por ejemplo las abejas. Efectivamente podría decirse que son sociedades igualitarias, pero de que modo y a que precio. Es igualitaria, no porque todos sus individuos sean iguales, si no porque todos sus individuos obedecen su ley natural, que no pueden cambiar, es biológica. Desde su nacimiento ya saben cual es su cometido en el futuro de la colonia. Da igual, no son libres para decidir otra cosa.

Algunos dirán “gracias a esto son una sociedad eficiente que funciona bien”. Primer error, no es una sociedad, porque no está compuesta de individuos diferenciados sometidos al libre albedrío. Para que los seres vivos sean libres tienen que ser autónomos y después si conviven socialmente han de llegar a acuerdos de convivencia.

«Las leyes pueden cambiar, porque son una convención aceptada por todos, como por el ejemplo el dinero como objeto de cambio»

Entre los seres humanos estas normas se llaman leyes. Las leyes están establecidas por otros seres humanos anteriores que llegaron a una serie de convencimientos o acuerdos de convivencia que basados en la experiencia les permitió vivir en armonía. Las leyes pueden cambiar, porque son una convención aceptada por todos, como por el ejemplo el dinero como objeto de cambio. El dinero es algo anodino, no tiene más valor que el que los humanos le demos. Por eso precisamente la moneda se puede devaluar es una convención de todos los que lo aceptan.

Lo que ya no es tan asumible es que haya sujetos entre los humanos que quieran cambiar las reglas del juego de la convivencia retrotrayéndola a unas épocas en las que la fuerza de cada individuo era la ley, la ley del más fuerte. Afortunadamente los seres humanos fueron evolucionando cultural y socialmente hacia acuerdos con los que establecieron leyes por las cuales regirse. Estas leyes son bien simples e intentan evitar la agresión de unos contra otros.

Esto llega a su paradigma en las sociedades democráticas y en los estados de derecho, que ponen al individuo al frente de su propia responsabilidad, para que él mismo sea el que marque el límite entre cada individuo, con sus mismos derechos y libertades. Esto es bueno pues permite a los humanos instalarse en la posición de la sociedad para la que vale, no porque no pueda tener otra, si no porque es la que puede conseguir como ser autónomo y libre.

La mayor capacidad de los seres humanos es la inteligencia, pero muy al contrario de lo que postulan algunas teorías igualitarias la inteligencia no es un valor igualitario, puesto que no depende de nada más que de la herencia genética. La herencia genética no es igualitaria, cada individuo tiene, la que tiene, y de entrada es la primera esclavitud que tiene como ser vivo independiente y social le constriñe en una serie de valías o falta de ellas que él no puede variar.

Los comunistas y el socialismo gustan del Big Brother y quieren meterse en tus cosas y decirte cómo tienes que vivir. Por Linda Galmor
Los comunistas y el socialismo gustan del Big Brother y quieren meterse en tus cosas y decirte cómo tienes que vivir. Por Linda Galmor

«Si se parte de la base de que la genética no es igualitaria para todos los seres nacidos, hemos de aceptar que dos seres de cualquier tipo, salvo que sean haploides, no son iguales»

Decir que los seres humanos son iguales es muy loable desde un punto de vista social y humano, pero no es en absoluto real. Si se parte de la base de que la genética no es igualitaria para todos los seres nacidos, hemos de aceptar que dos seres de cualquier tipo, salvo que sean haploides, no son iguales. Puede que a lo largo de su desarrollo, puedan adquirir capacidades prácticas y habilidades que les hagan despegar de su punto de partida, pero siempre dentro de su genética y no por el ambiente en el que esta se desarrolle.

«Cuando los comunistas hablan de crear una sociedad igualitaria, cometen un error garrafal que es pensar que todos los humanos son iguales»

El que carece de interés, genéticamente determinado, por el trabajo no lo obtendrá, nazca en un grupo económicamente desahogado o de pobreza. Podrá tardar más o menos en desarrollar toda esa inteligencia, pero la desarrollará, el caso contrario no es posible, depende de cada individuo y de sus genes. Por eso cuando los comunistas hablan de crear una sociedad igualitaria, cometen un error garrafal que es pensar que todos los humanos son iguales, salvo “ellos” que para sí mismos son los más inteligentes y por eso deben regir la sociedad.

Tanto es así, que por eso tienen que manipular los sentimiento humanos buenos para conseguir el poder y esclavizar la sociedad sin remisión, salvo con la sangre y el sufrimiento. Ejemplos miles. Las sociedades son necesarias, más en un animal social como el hombre y lógicamente pueden ayudar a todos los que las integran y más en la humanas que además de inteligencia posee lo que se llama empatía, o sea sabe, ponerse en el lugar del otro. Pero esto no es algo que pueda hacerse como dicen los comunista por la fuerza para luego ir modelando la sociedad y llegar a una ideal.

Esto es falso desde el origen, porque intenta dar más importancia al ambiente, parte de la teoría sostenida por Wallace, que se equivocó, que a la genética y la mutación, teorías sostenidas por Darwin y neo darwinistas desarrolladas a posteriori por los nuevos genetistas y sociobiólogos. Les guste o no a estos intelectuales de las filosofías, la batalla del pensamiento la han ganado las ciencias y ciencias experimentales, no las teorías filosóficas. La historia no tiene un sentido, como no lo tiene la evolución, se trata solo de azar y de la supervivencia, no del más apto, si no del que posee la capacidades más adecuadas para vivir en su medio.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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