Los españoles tenemos una natural tendencia a lo extremoso. Algunos piensan que es un territorio de su propiedad donde hacer y deshacer a su antojo, Otros, que una parte del territorio les pertenece sin más objeciones.Los menos se indignan con esos comportamientos sin hacer nada , con pasividad. Pero los peores son aquellos que aceptan que sí, que es de los otros. Ven a España como algo ajeno.Es el eterno dilema de las dos Españas, asunto todavía no resuelto, aunque hay un numeroso colectivo que es capaz de sentir el vértigo de España, aceptando sin frivolidades su compleja y turbadora realidad, pero el único de llegar a unir a todos los españoles en una misma misión unificadora. Tema de difícil solución pues es una nación tremendista donde la geografía es disgregadora.