Ignacio Rodríguez Márquez 
«Los peores españoles son aquellos que aceptan que sí, que España es de los otros»
Los españoles tenemos una natural tendencia a lo extremoso. Algunos piensan que es un territorio de su propiedad donde hacer y deshacer a su antojo, Otros, que una parte del territorio les pertenece sin más objeciones.Los menos se indignan con esos comportamientos sin hacer nada , con pasividad. Pero los peores son aquellos que aceptan que sí, que es de los otros. Ven a España como algo ajeno.Es el eterno dilema de las dos Españas, asunto todavía no resuelto, aunque hay un numeroso colectivo que es capaz de sentir el vértigo de España, aceptando sin frivolidades su compleja y turbadora realidad, pero el único de llegar a unir a todos los españoles en una misma misión unificadora. Tema de difícil solución pues es una nación tremendista donde la geografía es disgregadora.
España es un espacio de tierra en un país de mares. Casi una isla. Por una parte las tierras de España, quietas, y firmes con menor prestigio que los diferentes mares que la rodean, un elemento incierto. Las tierras se habitan, mientras que los mares solo se navegan. Hay más aventura en los extensos mares que en la tierra. Una es ignota y la otra siempre presente y determinada.
A pesar de ese hecho de seguridad y pertenencia a la tierra, los españoles, se arriesgaron por las tenebrosas aguas circundantes y consiguieron la mayor de la aventuras hecha por el hombre, marcando una nueva historia para la humanidad. En vez de mirar de fuera a adentro, grandes personajes cambiaron el rumbo de la historia al decidir mirar de dentro afuera. Es el gran milagro de la Hispanidad. Consiguieron desvanecer el concepto de » del litoral para afuera, lo ignoto, lo demás «.Y es que España siempre ha tenido un gran sentido de la excepcionalidad y adquirió su gran logro cuando se proyectó en una causa común.
En algunos periodos ha sido un pueblo cansado, falto de ideas, desmoralizado, consecuencia en parte debido a su desbordante y ambiciosa actitud ante la vida. Y en esos periodos bajos entra en un mundo acomplejado que solo desaparecerá cuando otro hito común le devuelva su orgullo y dignidad. Los inútiles complejos de inferioridad desaparecerán vertiginosamente. Nos espera un futuro deslumbrante a poco que nos unamos con fe y voluntad . Vencer las historias y leyendas negativas, frecuentemente basada en testimonios falsos y retorcidos por intereses ajenos, debe ser nuestra prioridad de cara al futuro. Busquemos con ahínco nuestra gloriosa identidad para algunos perdida.
