
«El gobierno de Pedro I, el No Deseado, se ha apresuró a hacer lo que la izquierda mejor hace: Prohibir»
El gobierno de Pedro I, el No Deseado, se ha apresuró en su mandato de la moción de censura a hacer lo que la izquierda mejor hace: prohibir, prohibir, prohibir…
Bueno, en realidad a anunciar prohibiciones múltiples, con explicaciones nulas. Veamos algunas de ellas:
La guerra contra el diésel.
Hace unos veinte años, o sea anteayer, el combustible diésel era más barato que la gasolina para estimular la compra de vehículos que utilizasen ese combustible. ¿La razón de esa preferencia oficial? ¡que el diésel CONTAMINABA MENOS!
Ahora nos anuncian, con gran satisfacción (caray con la erótica del poder¡) que el Diésel tiene los días contados ¡PORQUE ES MÁS CONTAMINANTE QUE LA GASOLINA!
¿Cuándo nos mintieron, antes, ahora o siempre?
«Veamos, hace unos treinta años los fabricantes asiáticos NO fabricaban coches con motor Diésel, ahora sí y además muy eficientes»
Veamos, hace unos treinta años los fabricantes asiáticos NO fabricaban coches con motor Diésel, ahora sí y además muy eficientes (eficientes = que consumen menos para las mismas prestaciones). Así que un coche con motor diésel que consuma, pongamos por caso, 5 litros por 100 Kms. (los hay que consumen menos) es mucho menos contaminante que uno de gasolina que consume 10. ¿O no?
¿Cui prodest? Los fabricantes de coches con motor de gasolina porque se supone que vamos a tener que cambiar TODOS los vehículos Diésel por otros a gasolina (¡veremos quién tira de un trailer de 40 tonelaedas). O sea que los fabricantes encantados.
¿A quien perjudica? A las personas de menor poder adquisitivo que seguramente conducen un coche antiguo por la exótica razón de que NO PUEDEN COMPRAR UNO NUEVO.
A los autónomos que tiene una vieja o nueva furgoneta como única herramienta de trabajo.
A las empresas que se vean obligadas a cambiar su flota de vehículos (o vehículos o empleos… a ver por qué se deciden). En fin, otra de las geniales ideas de los campeones del prohibicionismo.
Pero sigamos con el afán prohibicionista, bajo el paraguas del Medio Ambiente; las bolsas del super.
Prohibidas las bolsas gratuitas en las tiendas…
¿Hay alguien que no utilice las bolsas de la compra para la basura una vez vaciadas de su contenido?
¿Cui prodest? En primer lugar a las empresas que, en lugar de tener que facilitarnos las bolsas con las que llevar los productos que hemos adquirido podrán cobrárnoslas, un beneficio, además se ahorrarán el coste de esas bolsas, otro beneficio.
¿Y el Medio Ambiente qué dice? Pues que ahora compraremos más bolsas de basura = Más beneficio para sus fabricantes, unas bolsas que son de mayor grosor y, por lo tanto menos degradables. ¿quién sale ganando? Las empresas, ¿quién sale perdiendo? los ciudadanos, sobre todo los de menor poder adquisitivo que, si en el anterior escenario ahorraban unos céntimos en la compra de bolsas de basura ahora se ven compelidos a ese gasto.
Y no me digan que es la Unión europea la que interviene en estas sandeces, ya lo sé, es que la Unión europea ha comprado la agenda «progre» porque ¡Dios nos libre de no parecer politicamente correctos!
Otro día para las energías «limpias» o el papel reciclado…
Pues me ha llegado el macutazo que van a empezar a dar en Educación para la ciudadania el cursillo de «Como limpiarse el trasero con una servilleta de cafetería».
Si hay interesados en Valladolid, ahora, o en Castro, el próximo mes, en aprender esa t´ñecnica, con mucho gusto lo organizaré de manera gratuita. Bueno, sin exagerar, un «cortito» (*) por alumno y tarde.
(*) Cortito: Medida de capacidad cervecera, equivalente a una jarra fría de medio litro o más. Las jarras las calibrará el amigo Antonio.