
«Esa actitud pasiva es la que, desde hace tiempo, buscan como auténticos demonios, los enemigos de la patria»
Todo lo que nos sucede es el camino trazado con sus luces y sus sombras. Lo hecho hasta este momento ahí está. A partir de hoy hay que procurar que desaparezcan las penumbras, no amilanarse y compadecerse. Ayudar a que otros no caigan en los mismos errores, que nuestra experiencia les posibiliten más luz que oscuridad, una ceguera que ha llevado a los españoles al relativismo, el pancismo y la comodidad. Esa actitud pasiva es la que, desde hace tiempo, buscan como auténticos demonios, los enemigos de la patria. Incitan constantemente a la complacencia, a no defender ningún ideal, a que todo fluya a gusto de unos cuantos insensatos y destructores de nuestros valores.
Unos seres dispuestos a cambiar no solo nuestras costumbres y convicciones, sino también la forma de vivir. Y no descansan. Buscan con ahínco la dulce y paulatina desestabilización. Van por el buen sendero : idiotizarnos. Pero hay que levantarse del letargo.
Ni debemos obedecerlos ni intimidarnos por nuestra patria. Que la vaguería no nos inmovilice. Hay que romper esa perversa tendencia y demostrar con hechos que estamos vivos y con claridad de ideas. Lo decente no puede dejar paso a la barbarie ya conocida, a ese tenebroso pasado plagado de acontecimientos terribles de infausto recuerdo, no solo en España, sino también en muchos países satelizados, o mejor dicho, tiranizados.