
«Pedro Sánchez se metió con alegría y tufo totalitario en todos los charcos que Évole le puso delante y, a más de uno, asustó»
Pedro Sánchez se metió con alegría y tufo totalitario en todos los charcos que Évole le puso delante y emitió un tufo totalitario que, a más de uno, asustó: ¿Cómo pudo criticar el papel de los medios de comunicación porque opinasen sobre la situación política?
Nunca se quejó cuando le saludaban como el gran dirigente que necesitaba el PSOE, después del desastre de Rodríguez. Negar el derecho de los medios a opinar tiene un tufo totalitario que asusta. Creo que por su narcisismo patológico nunca se arrepentirá de esta entrevista que los españoles, con su triste memoria de pez han olvidado.