
«Por qué se quejan de la incompetencia policial si este es el tiempo de la incompetencia de la nueva tribu humana de los arrodillados»
Por qué se quejan de la incompetencia policial si este es el tiempo de la incompetencia. La mayoría busca ocupaciones que les alimenten. La capacidad, sobre todo la vocación no importa. Un tanto por ciento elevadísimo de la humanidad enfrenta sus actividades como algo que deben hacer deprisa para que se vea que ocupan el espacio remunerado hasta que suene el timbre de salida. Nada de ejercitar la capacidad, el interés, el respeto y el placer (placer de hacer las cosas lo mejor posible).
–“¿Cuánto me van a pagar?” … “Me pagan poco” … “Para aguantar plastas” … “Es tan aburrido” … “¿Cuánto o qué voy a sacar de esto?”–
Son afirmaciones estándar de la mayoría ante un trabajo a ejecutar. Pocos se cuestionarán si les gusta, Si les produce satisfacción, la forma mejor de hacerlo y como mejorarlo. Cada vez más difíciles para la persona, ya no solo por falta de impulso, sino debido a la precariedad del mundo laboral en casi todos los países del planeta.
«La mediocridad es el estado elegido por la mayoría, que es la misma mayoría que se queja con sus cerebros de pastel de pollo»
Una persona puede elegir en qué estado quiere vivir, independientemente de su clase social, de su preparación… Pero, la mediocridad es el estado elegido por la mayoría, que es la misma mayoría que se queja porque en sus cerebros de pastel de pollo, entienden que deben derribar, exigir, pedir, tomar, aquello a lo que no tienen derecho porque ni lo han ganado ni lo merecen, debido a que, en muchas ocasiones, habrán hecho esfuerzos sobrehumanos para que el agredido de turno no alcanzase el nivel que ahora intentan aniquilar.
El mundo es de los incompetentes porque ha ido decayendo gracias a que los predecesores, lo fueron también. Para la persona que ha elegido otro estado es muy difícil mantenerse en ese nivel, pues debe batallar con más dificultades. La primera: avanzar por el inmenso sembrado de mediocres que se unen en apretadas filas delante de él para defender sus cómodas nadas frente al osado que desea mejorar algo sin destruir, que es el medio que la chusma ignara e insuficiente tiene para autoengañarse y engañar a los demás haciendo como que ejercen un derecho justo, siendo, que desconocen la Justicia y con toda seguridad, las raíces de lo que están destruyendo. Por tal motivo, se arrojan solos a abismos de miseria siguiendo a dictadores tan inútiles como ellos que los arrastrarán a lo peor porque hablan el mismo lenguaje y funcionan en modo mezquino, porque la mezquindad es el valor fomentado por y para la chusma.
La chusma, sujeto perfecto para ser el objeto y herramienta de una ingeniería social que aprovecha los peones para dar jaque mate al mundo.

«La humanidad se esfuerza por avanzar. Un grupo de adelantados deben arrastrar a multitudes a un nivel que estas ni comprenden»
La humanidad se esfuerza por avanzar. Un grupo de adelantados deben arrastrar a multitudes a un nivel que estas ni comprenden. Pero este grupo, se ha preocupado por el avance de las ciencias sin ocuparse de los receptores de esos avances que es, somos, un montón de seres llenos de carencias. Abusados por enfermedades, mentales y físicas. Acosados por toda clase de traumas y deficiencias en la educación recibida. Oprimidos por sistemas políticos deleznables. Perseguidos por nuestros iguales a la menor diferencia: étnica, racial, intelectual, religiosa…
Cuando no juegan en el juego siniestro los instintos y las debilidades, como celos, envidia, miedo, avaricia, soberbia, estupidez… Y tantas y tantas faltas de las que muchos de nosotros hacemos causa para llevar a cabo injusticias formidables.
Uno, no debe llegar a la Luna o descubrir la inmortalidad hasta que no haya puesto al ser humano al nivel de merecerlo y haber intentado que este, asuma con verdadera inteligencia, auténtica salud a todos los niveles, una humanidad capaz de ayudarse a sí misma primero.
«Seremos nada más que una tribu sin desarrollar sobreviviendo en algún rincón del Universo»
Mientras sigamos dando importancia a cosas ajenas a nosotros y no centremos la atención en el estudio del ser humano, su genética, su naturaleza, las causas fisiológicas o mentales que producen monstruos o genios. Mientras no derroquemos la ignorancia a todos los niveles y disolvamos el egoísmo endémico debido al miedo y a las tinieblas de la incultura, seremos nada más que una tribu sin desarrollar sobreviviendo en algún rincón del Universo.
Y cuantos más adelantos técnicos alcancemos, más riesgo para el grupo, más pandemias, más guerras, más desastres, debido a que falta un detalle crucial para que podamos disfrutar realmente de tales descubrimientos: La “salud” física y mental suficiente como para asumirlos, el “pulido” de una mente hecha para alcanzar más bastos horizontes que una cuenta corriente repleta con la desgracia de nuestros iguales.
«Es más divertido salir después del trabajo a romper escaparates y llevarse una tele a casa, o derribar alguna estatua»
Un policía, uno, ha fallado: Aunque muchos dicen que fue un supuesto policía; entonces, la masa blandiblu, manipulada siempre se lanza a la calle. Aunque no dice nada ni pide perdón por los miles de negritos que matan otros miles de negritos. Por los miles de muertos diarios en cualquier punto del planeta de gente de cualquier color procedentes de la injusticia. No hay saqueos por la desaparición diaria de miles de niños, las violaciones terribles de niñas y mujeres en países islámicos en guerra o en otros sin necesidad de guerras. Las hambrunas y los gobiernos opresores que están proporcionando miles de muertos… el origen de la horrible pandemia… Eso no importa. Es más divertido salir después del trabajo a romper escaparates y llevarse una tele a casa, o derribar alguna estatua, la que más cerca pille, porque los agitadores, muy profesionales, saben que timbre tocar.
He visto en fotografías virales a varias estúpidas arrodilladas delante de un señor negro alucinado y muerto de la risa, ofreciéndole florecillas en señal de desagravio en países ajenos al carnaval americano. Y doy gracias, muchas, al eterno, por haber nacido un poco más normal; y he dicho un poco, que tampoco es que sea para tirar las campanas al vuelo.