Ellos son también mis santos y adoraciones en el panteón. Por Zoé Valdes desde su punto.net

«Ellos son también mis santos, mis ‘virgones’, adoraciones en mi panteón. El resto, en ocasiones, no es más que paparruchada parga y bajeza de carretera»
La gente gay siempre ha tenido muy buen gusto: de elegante vestir, de hablar moderado, cultura insólita, incisivos, de inteligencia aguda, perfumada el alma, rostro cuidado con la verdad, estudiosos, de una maestría insuperable.
Me refiero a personalidades como Marcel Proust o Reinaldo Arenas, como Rudolf Nureyev o Bola de Nieve.
Ellos son también mis santos, mis ‘virgones’, adoraciones en mi panteón. El resto, en ocasiones, no es más que paparruchada parga y bajeza de carretera.
Bah.