
¡BUENOS DÍAS!
Tal vez haya quien considere abusiva esta tendencia a traer a este espacio a pintores realistas e hiperrealistas, pero, uno no se puede resistir ante la obra de, por ejemplo, José Higuera, quien nos acompaña hoy.
José Higuera es un pintor nacido en Colonia, Alemania, en 1966. Con tan solo 2 años de edad, su familia, de origen español, se traslada a España. Desde la infancia, su interés por el dibujo y la pintura le ayudó a destacar entre el resto de sus compañeros. No pudo llevar a cabo estudios en este ámbito de manera profesional, por lo que él mismo se define como autodidacta. Su abuela materna fue la que le animó a que pintores locales le enseñaran las diferentes técnicas y, gracias a su curiosidad, consiguió mejorar. Logró destacar y que sus trabajos no cayeran en el olvido. Tanto es así, que a la temprana edad de 19 años inauguró su primera exposición, donde se dio a conocer, llegando a mostrar sus trabajos en las salas de arte y subastas más importantes de Madrid, lo que le proporciona la experiencia y los contactos necesarios para dedicarse a la pintura como única actividad, al tiempo que alterna numerosas exposiciones por diferentes salas de España.

La obra de José Higuera está llena de matices y color con los que refleja su propia realidad, y donde las emociones brotan a cada pincelada. Marinas, figuras, paisaje urbano y bodegones forman el elenco de obras que José trabaja con verdadera pasión “Creo que si un artista es fiel a uno mismo y sus formas, y pinta esencialmente para sí mismo, para satisfacerse y disfrutar con los logros conseguidos al desarrollar una obra, el resto siempre viene añadido en mayor o menor medida, solo la fidelidad a uno mismo, la constancia y la determinación, pueden dar los frutos que se persiga”.
Aunque su obra adquiere tintes hiperrealistas, José Higuera rehúye en cierta manera de ese encasillamiento a la hora de valorarla y dice que, “Hace ya mucho tiempo que el interés por la realidad despertó en mi una auténtica obsesión… poder plasmar un instante de tiempo real. No una imitación de lo que un disparo fotográfico puede lograr, sino más bien una ventana abierta a un lugar y en una fracción de tiempo. Nada tiene que ver por lo tanto mi pintura con ningún tipo de hiperrealismo, ¡la realidad en si misma está viva! Ha de poderse transmitir la vida de ese instante, no solamente plasmar el objeto de una forma real, también el tiempo que lo rodea, su atmósfera y el movimiento, algo que para mí es básico».
Demetrio Reigada (1950-2014)