
¡BUENOS DÍAS!
Saludamos hoy la mañana contando con la sorprendente obra pictórica de Douglas Hofmann, un pintor nacido en Baltimore, Maryland en 1945 que se confiesa influido por los viejos maestros, fundamentalmente por Jan Vermeer.

Hofmann reconoce que a lo largo de sus años de escuela siempre supo dibujar muy bien, pero no había pensado en el arte como una ocupación seria hasta 1963, cuando se matriculó en la Universidad de Maryland Institute of Art en vez de ir a la escuela de negocios.
En el Instituto, a pesar de la popularidad del expresionismo abstracto, se dio cuenta de que prefería el realismo, sobre todo el estilo de los viejos maestros. «Mi mentor, José Sheppard, me enseñó el ‘Método Maroger’, una disciplina de pintura que emula la química y cualidades de pinturas al óleo realizadas por los maestros holandeses».
Según señala el artista, probablemente lo más importante para su crecimiento como tal, fue un trabajo que tuvo durante sus años en el Instituto, en el departamento de visualización del Hecht Department Store. «Allí aprendí una disciplina muy similar al trabajo que hago en la planificación y la creación de mis pinturas. Esta formación práctica era mucho más útil que cualquier cosa que podría haber aprendido en la atmósfera sobria de la escuela de arte».

Los «héroes artísticos» preferidos de Hofmann son son los realistas del siglo XVII, y los impresionistas del siglo XIX y principios del siglo XX. Con el «método Maroger», que permite al artista utilizar capas finas de pintura y técnicas similares a las de los grandes maestros, Hofmann comenzó a desarrollar su gusto personal y con sus interiores con figuras, se convirtió en uno de sus favoritos, si bien deja claro que «más que una inspiración, Vermeer es un desafío para mi. En el resultado final, el trabajo debe ser tan puro y tan real como pueda ser».
Hofmann, que utilizaba a su esposa y a sus hijos como sus modelos, en 1977 conoció a Jack Hofmann Salomón, el propietario de la Corporación Círculo de Bellas Artes, que tenía galerías en Estados Unidos y Canadá. Salomón le ofreció un contrato exclusivo. Una de las galerías de Nueva York, la Jack Gallery, fue el lugar de la mayoría de sus exposiciones individuales.
Durante este período con el Círculo , Hofmann comenzó a incluir desnudos y las series de ballet. Muchas de estas pinturas fueron «multiplicadas» en forma de litografías.

«Puedo tomar prestado de todo lo que me gusta, por ejemplo, las obras de Vermeer y Munch. Estoy usando una técnica holandesa, pero con estilo Art Nouveau y victoriano también. Y me encanta la figura de la mujer. Creo que es lo más hermoso que hay. En las pinturas del ballet he tratado de lograr la apariencia de Degas, otro de mis favoritos«.
Hofmann ha recibido numerosos premios y galardones por su trabajo y se encuentra en numerosas colecciones privadas y públicas.
«Con mis pinturas me esfuerzo por conseguir la sensación de aire. Hay una huella en la obra que revela mi mano, mis sentimientos y mi personalidad. Se puede ver la manipulación de la pintura y las pinceladas. Yo no quiero pintar escenas cotidianas. Soy un soñador. Quiero expresar un sentimiento romántico en mi trabajo. Esto me facilita una forma de auto-expresión de la realidad estructurada en el mundo actual«.