Nunca tanta mezquindad en nuestro sanchista Gobierno se vio. Por Guirong Fu

Nunca tanta mezquindad en nuestro sanchista Gobierno se vio

«Nunca tanta mezquindad en nuestro sanchista Gobierno se vio al tratar con exquisitez a la monarquía alauita mientras desprecia de la propia»

 

Parece de lo más natural tratar a la monarquía alauita

con la exquisitez que don Narciso ahora ha decidido,

mientras se hace constante desprecio de la propia,

vilipendiando al rey padre y ninguneando al rey hijo,

toda vez que Mohamed VI en por todos conocido

por su pasión libertaria y ese gran talante demócrata

con el que al pueblo saharaui siempre ha tratado.

 

Pueblo saharaui que, gracias a Sánchez, no puede sentirse más feliz:

¡no hay sino ver la rapidez con que el cónsul argelino se ha largado!

Mientras que a la otrora embajadora marroquí, Karima Benyaich,

un nuevo colchón en su embajada aquí en España ya le instalaron:

al parecer, con las prisas por volver, una seria lumbalgia le ha dado.

 

Es de esperar que nuestro ministro del Interior, el afable Marli,

la trate con la misma unción que lo hiciera con Brahim Ghali,

cuya entrada en España, al parecer, le enfureció.

¡Nunca tanta mezquindad en nuestro sanchista Gobierno se vio!

guirong fu

Tengo 60 tacos; es decir, una linda juventud... prolongada.
Catalán y ESPAÑOL de Barcelona, en donde ahora vivo feliz,
pues, TENIENDO SALUD, no me falta de nada.
Guirong Fu, en Twitter, decidí hacerme llamar;
y todos saben que es Nietzsche quien puse en mi avatar.
No hay en mí afán de ocultamiento,
pero va con mi talante el anonimato.
De otra suerte, aunque les pusiera mi retrato,
no habrían de reconocerme ustedes un pimiento.
Den todos por bien seguro, sin embargo,
que, siempre que se trate de defender MI DIGNIDAD
y EL HONOR de quienes me honran con su amistad,
no habré de ocultar de mí ni un solo dato.
¿Mis intereses? Los mismos que siempre tuve:
El humanismo, la buena literatura y el ámbito entero de la psicología.
Y aunque en la política no siempre demasiado me entretuve,
los años me han llevado a querer tomarle la medida:
Me duele su arbitrariedad, su falta de sentido común, sus dislates.
Su ambición soez, su arrogancia, su desvergüenza, su hipocresía.
Me indigna que me deslumbre con sus lindos 'escaparates'
y que cuando entramos a 'comprar' no nos dé más que porquería.

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