El parto de… la Moncloa. Capítulo enésimo. Por Antonio De la Torre

El parto de… la Moncloa. Cuando nos quiten todo el dinero comenzará la represión. Ilustración de Linda Galmor

«Las nuevas mentiras del Presimiente, respecto a las “rebajas fiscales”, el Sahara y la unidad patriótica nos llevan al Parto de… La Moncloa»

No ha sido fácil decidirme por cuál de los temas candentes en estos días, elegir, para dedicarle mi reflexión-desahogo de hoy. Entre el ridículo europeo, que sigue coleando, de nuestro Presimiente, Pedro “Antonio” I, El Ninguneado; su “bajada de pantalones” marroquí-saharaui, o lo que sea –ya nos enteraremos, porque con la explicación de ayer en el Congreso al respecto, seguimos igual, si no peor–; la aprobación del currículum de la ESO en esa Ley de deseducación y adoctrinamiento que nos dejó la hoy embajadora en el Vaticano, Isabel Celaá; las nuevas mentiras del susodicho, respecto a las “rebajas fiscales” o el alargado conflicto de Ucrania, cualquiera daría para un largo artículo. Al final me decidí por este Parto de… la Moncloa, que creo que enseguida se entenderá su por qué.

Estoy seguro de que muchos recordarán la famosa fábula del escritor griego Esopo (siglo VI a. de C.), conocida como “El parto de los montes”, que decía algo así: “En tiempos lejanos los montes daban señales de parir, y los hombres de entonces, esperaban ese parto con mucho miedo, por saber qué clase de monstruo saldría; y resultó que el ‘temible’ fruto de los montes fue un inofensivo ratón”, lo que cambió el miedo en risas. Detrás de la fábula, había siempre la correspondiente moraleja didáctica que, en este caso, era dejar constancia de que las personas que más se jactan –a los que hoy llamaríamos, coloquialmente, “fantasmas” – son los que menos hacen. Cinco siglos después, en su Epístola a los Pisones, el poeta romano Horacio la resume así: “Parturient montes, nascetur ridiculus mus” (parirán los montes; nacerá un ridículo ratón), en referencia a los que escriben con estilo rimbombante o prometen más de lo que son capaces de ofrecer. Más recientemente, ya en el Siglo XVIII, el escritor español, Félix Mª de Samaniego, dedica un gracioso poema a esta fábula, que no me resisto a dejar de transcribir: “Con varios ademanes horrorosos/ los montes de parir dieron señales;/ consintieron los hombres temerosos/ ver nacer los abortos más fatales./ Después que con bramidos espantosos/ infundieron pavor a los mortales,/ estos montes, que al mundo estremecieron,/ un ratoncillo fue lo que parieron./ Hay autores que en voces misteriosas/ estilo fanfarrón y campanudo/ nos anuncian ideas portentosas;/ pero suele a menudo ser el gran parto de su pensamiento,/ después de tanto ruido, sólo viento”.

Creo que esta fábula le viene como anillo al dedo a Pinocho Sánchez, después de lo cacareado las últimas semanas sobre la prometida “política histórica de rebajas fiscales y medidas económicas contra la crisis” que se iban a dar a conocer el día 29 de Marzo. Rimbombancia no le falta al personaje y lo de prometer más de lo que puede y acaba ofreciendo es consustancial al doctor Plagio cum Fraude. Al final, esa “perífrasis” que nos vendió en torno a la “isla energética ibérica” que iría por libre gracias al acuerdo que había “conseguido en Bruselas”: Proponer algo, que todavía no ha dicho, junto con Portugal –que ya había adoptado algunas medidas fiscales–, para ver si Europa le da permiso para ponerlo en práctica. Sin duda un gran “logro”. Pero todo se ha quedado en un “recortus interruptus” –perdón por lo forzado del latinajo–, sin más “moraleja” que la de seguir, como sea, estirando el chicle, que “el pueblo lo aguanta casi todo”. Ahora ya se entiende el por qué del aplazamiento y no aplicar, como sí hicieron muchos de sus socios europeos, esas medidas de inmediato. Para no hacer casi nada o muy poco, mejor alargarlo lo más posible, que parece ser la tónica de actuación de esta banda de aficionados socialcomunistas.

Esta vez, y bajo su nuevo eufemismo camuflado con el eslogan de “Plan nacional de respuesta al impacto de la guerra”, porque para este personaje y su desgobierno, todos los males son consecuencia de la guerra de Ucrania, empezó la semana con un adelanto de lo que se “debatiría” en el consejo de ministros del martes y él “explicaría” el miércoles en el Hemicirco. La primera parte del show, el lunes, ante la cada día más inexplicable presencia de algunos líderes del IBEX 35 –faltaron otros–, que no entiendo cómo siguen prestándose a la continua tomadura de pelo de este personaje. Anunció un “esfuerzo” de recursos, por importe de 16.000 millones de euros, que al final serán 6.000 –no completos, porque están camuflados otros conceptos como los 450 millones de ayudas directas a los transportistas– ya que el resto será una línea de avales gestionados a través del ICO –o sea, que hay que devolverlos–, que ya veremos qué empresas pueden solicitar y con qué condiciones.

Después, y tras el “contubernio” –no se puede llamar consejo a semejante grupo de intereses– de ministros, “ministras y ministres” del martes, tuvimos la sorpresa de que no saliera la “portacoz” de Puertollano, como de costumbre, a decir lo que le dicen que diga –coces a la ultraderecha y al PP–. Esta vez quiso dar más nivel al show y preparó una comparecencia del segundo nivel al completo, pleno de “las tres vice”. Como decía en otro artículo: “Tres eran tres, las “vice” de Sánchez, tres eran tres y las tres un desastre”, parafraseando la conocida coplilla de “Las hijas de Elena” que… “ninguna era buena”, pero seguro que mejores que éstas. Por lo menos, no tenían en sus manos los destinos de los españoles ni los llevaban a la ruina, como este “triunvirato” de la quiebra. Y si malo es el segundo nivel, qué decir del tercero, ellos, ellas y “elles” –que algunos hay, confesos–, la mayoría inútiles y mediocres y los que, por su currículum público anterior –un par de ellos o tres, no muchos más–, podrían no estar en esas categorías, al prestarse al juego macabro del que lleva la batuta, si no son acreedores de los epítetos anteriores, si merecen el de miserables, tanto como el capitán que los designó con su dedo diabólico. Y ni siquiera se pusieron de acuerdo en el mensaje, ya que mientras una decía que “las medidas entrarían en vigor el próximo día 1 de Abril”, otra decía que sería el 4, que no es que haya mucha diferencia, pero es que, en cualquier caso lo que se esconde es otra mentira. Salieron al escenario para anunciar, lo que podían, del decreto ley que se había aprobado, con trampas, como de costumbre en esta banda, consistente, en resumen, en una “rebaja” de “un mínimo de 20 céntimos de euro en el precio de los combustibles, de la que el Estado aportará 15” –sin explicar cómo se va a instrumentar esa rebaja, que dicen que empezará el viernes y que los empresarios del sector no saben cómo tendrán que proceder–; “una limitación del 2% para la revisión del precio de alquileres” –algunos, porque tampoco lo explicaron– y la prohibición de despedir trabajadores de las empresas que se beneficien de las aportaciones que se habilitan para esta etapa. Además de, entre otras cosas, “un aumento del 15% del Ingreso Mínimo Vital (IMV)”, es decir, otro “anzuelo” clientelar como el que aprobaron hace unos días regalando 400 € a los jóvenes que cumplan 18 años, curiosamente, la edad en la que empiezan a votar. Y todo ello con la premisa de que se prorroga hasta el 30 de Junio, es decir, como fanfarroneaba el Presimiente: “a partir de hoy –por el viernes pasado– podremos tomar medidas temporales y acotadas en el tiempo…”, como es lógico, porque si no están “acotadas en el tiempo” no serían “temporales”, digo yo. Pero, ¿es que piensa el desgobierno que el “temporal” que nos lleva por delante terminará entonces? “Qué más da, salimos del paso hoy, patada a seguir, y el 1 de Julio… preparamos otro show”. Iba a poner “Dios dirá”, pero no me pareció apropiado para estos socialcomunistas.

El tercer acto del show fue una larga perorata en la mañana de ayer desde el atril del Congreso, creo que de más de una hora, que esta vez no tuve la paciencia de seguir. Su objetivo, una nueva llamada a la unidad que tanto le gusta, para secundar sus ocurrencias sin rechistar, bajo la coletilla de “no ser patriota” si se rechazan sus propuestas. Porque ¿Quién va atreverse a no apoyar un decreto ley para rebajar el carburante? Pero de paso cuela la prohibición del despido y la limitación de los alquileres, que todo va en el mismo paquete, como ya ha hecho no pocas veces en otros decretos ley. Y todo ello sin una previa negociación –ni siquiera información– y directo al BOE, ya como norma, sin margen alguno para el análisis. Y para reforzar su llamamiento, ha “llorado” un poco recordando “la pandemia, la nevada de la borrasca Filomena, la guerra de Ucrania y hasta una lluvia de polvo”, para lamentarse a renglón seguido “Y todo ha pasado en los dos últimos años” –las consecuencias de ser un gafe, aparte de pésimo gestor, amigo mío–. Y remató esta fase con una pregunta: “¿Qué más tiene que ocurrir para que no lo afrontemos unidos?” –lo dicho, con él, cualquier cosa–. Pero ha estado muy acertado Alberto Núñez Feijóo, que desde fuera ya ejerce como líder de la Oposición, al afirmar que “Intentar pactar, con decisiones ya publicadas en el BOE, es algo absolutamente impropio”.

Pero para este ególatra “o me apoyas o no eres patriota” y a otra cosa. Se le aguó un poco la fiesta cuando se supo que la inflación en Marzo cerrará en el 9’8%, es decir más de dos puntos por encima de como cerró en Febrero y a un nivel que no se conocía desde 1985. Pero tiene salida para todo. En este caso fue que “El 73% de la inflación se debe al alza de la energía y de los alimentos no elaborados y todo ello exacerbado por la guerra de Ucrania”, o sea, a Putin, que apareció en el mapa el 24 de Febrero cuando la inflación ya estaba en el 7’6%, después de que se cerrara 2021 con el 6’4%, cuando el 95% de los españoles no sabían ni donde estaba Ucrania. No importa, lo que hay que hacer es apoyarlo y ya anuncia que será capaz, de nuevo, de “doblegar la curva”. También dijo Núñez Feijóo que “no es verdad que la inflación sea consecuencia de Ucrania. Decir eso es engañar a los españoles y, para eso, que no cuente con el PP”. No es un mal mensaje después de haber expresado hace unos días su disposición a pactar con el PSOE, que no gustó a muchos de sus posibles votantes. Y calificó de “Dramática” la situación económica de España, con esa inflación, “un 40% superior a la media europea”. Algo no funciona y las políticas económicas de este gobierno no funcionan”, apostilló. Claro que ya ha comprobado que poca mella le van a hacer esas declaraciones, después de ver cómo mintió en su promesa de hace pocos días en La Palma, en la conferencia de presidentes autonómicos, sobre que iba a “bajar los impuestos”, única solución de verdad práctica, como recordaba una vez más, desde Bruselas, Isabel Díaz Ayuso.

Termino con una breve referencia a otro de los acuerdos del consejo de ministros, la aprobación del Real Decreto por el que se establece la ordenación y enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria –Díaz Ayuso ya ha dicho que en Madrid no–, la desastrosa ESO a la que, acertadamente, Carlos Herrera llama ya Educación Sanchista Obligatoria. No ha sido sino otro paso más en el guion adoctrinador de la izquierda iniciado con la LODE en 1985. Pero no perdamos de vista que el “gran” José Mª Aznar se “tragó” –duele, pero así fue– la LOGSE de Javier Solana y Pérez Rubalcaba, y tardó dos legislaturas –la segunda con mayoría absoluta- para aprobar la LOCE, que debía poner en marcha Rajoy, al que el atentado del 11-M dejó compuesto, sin Moncloa y en Méjico, al parecer en un “cursillo” con la pareja Carlos Slim/Felipe González. Rodríguez Zapatero, cuando llegó, no hizo sino “extender” la LOGSE, con su Educación para la Ciudadanía y otras aberraciones y, cuando llegó Mariano Rajoy en 2011, con otra mayoría absoluta, se limitó a intercalar una M –y poco más– a la ley de Aznar, LOMCE, que se aprobó descafeinada y consintiendo las barbaridades nacionalistas, sin llegar a desarrollarse en condiciones. Sánchez, pues, no hace más que seguir el camino de González y Zapatero, apartando la molesta china en el zapato que dejó Rajoy. Lo que nunca hace la derecha cuanto llega, que se traga todo y se limita a mejorar un poco la economía, sin entrar en los verdaderos recortes de gasto, y las relaciones internacionales, que la izquierda siempre deja hechas unos zorros. Pero de eso hablaremos otro día, esperando que a la tercera vaya la vencida… o no.

 

 

Antonio de la Torre

Aficionado a la política, decepcionado con mi corta experiencia en ese mundo, y preocupado con la situación de "España, S. A.". Modesto tertuliano y articulista de opinión. Comparto inquietudes y propuestas, tratando de ayudar a crear opinión para mejorar el pervertido sistema político que nos ningunea.

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