Sánchez y el CNI. Por Javier Ygartua

Sánchez y el CNI.

«Si para algo está el CNI es para espiar a los enemigos exteriores e interiores de España y, entre éstos últimos, sobresalen los espiados»

En estos días de deriva totalitaria por parte del gobierno de Sánchez hay que reiterarlo, aunque sea una obviedad: la democracia tiene el derecho y sobre todo el deber de utilizar todos los mecanismos e instrumentos del Estado para defender legalmente a las instituciones y a los ciudadanos de los enemigos de la democracia. Por lo que si Sánchez espió legalmente porque el juez apreció que los golpistas son una amenaza grave para la seguridad nacional, ¿Por qué gobierna con su apoyo? Y si el presidente espió a sus socios sin autorización judicial, tenemos un delincuente en La Moncloa. Un dilema que como bien dice hoy Alejo Vidal-Quadras, tiene una solución: la dimisión.

A mi lo único que me extraña del caso del espionaje en Cataluña  es que unos canadienses de Toronto tengan manera de saber a quién se está espiando con Pegasus, que a fin de cuentas es un programa de confianza por ser un invento israelí. Pero, lo que no puede extrañar a nadie es que se haya espiado a los políticos que quisieron dar un golpe de Estado con el objetivo de separar ilegalmente a una región de España actuando concertadamente.

Creo que el deber y la obligación del Centro Nacional de Inteligencia es saber qué están tramando los enemigos internos de España. Mucho más cuando los partidos que probaron a hacerlo ostentan hoy el mismo poder desde que lo intentaron. 

Lo que sería de Mortadelo y Filemón es que el Centro Nacional de Inteligencia no les hubiera vigilado ante una amenaza de este calibre, pues si para algo está el CNI es precisamente para espiar a los enemigos exteriores e interiores de España y, entre éstos últimos, sobresalen de especial manera los espiados.

Lo que resulta cuando menos extraño en toda esta rocambolesca y artificial polémica es que ha incomodado a los separatistas del PNV por tener sólo a dos vascos en la lista y encima ser de Bildu. El ataque de cuernos ha sido tal que Aitor Esteban ha venido a decir que, aunque no estaba en la lista, seguro que lo espían de alguna forma. 

Háganles mímicos al PNV que se enfadan anda. Pobrecitos míos.

En cualquier caso, la indignación de Pere Aragonès ha sido tan minúscula que ha dicho que esto no se arregla ni con una mesa de diálogo ni con una reunión privada, dando a entender que se puede arreglar con cualquier otra cosa. Quizá esté pensando en una solución con forma de partida presupuestaria. Ya saben la pela es la pela.

Es una vergüenza que que la estabilidad del Gobierno del Reino de España depende precisamente de las personas que pretendieron dar ese golpe; de que esas personas, que deberían estar es en la cárcel, están en libertad listos para volver a perpetrar lo que ya cometieron gracias a que un presidente del Gobierno, Rajoy, les devolvió a sus partidos el poder desde el que lo intentaron y otro, Pedro Sánchez, les indultó; y que uno de los partidos de coalición del Gobierno comulga con las aspiraciones de esos golpistas en la medida en que son útiles para acabar con la Monarquía y el régimen de libertades de la Constitución de 1978. Este es el escándalo y no que el CNI espíe.

A lo mejor lo que hay que hacer es cambiar las leyes como la electoral que permite a estos indeseables separatistas estar de comodín de diferentes gobiernos y por supuesto a aquel que quiera romper España que se les ilegalice. Estos independentistas de pacotilla me recuerdan  a esos niños llorones que se empeñan en acaparar los juguetes del resto, y a la que algún otro niño le roza uno de los suyos se ponen a patalear.

Vamos a recordar que todos los gobiernos han negociado con  estos que quieren romper España. ¿Por qué? Ahí dejo la pregunta en el aire.

En el tema del espionaje catalán hay cabos sueltos. Como que Òmnium Cultural, una de las organizaciones que dice ser víctima colectiva del espionaje, registrara el pasado enero la web catalangate.cat, cuatro meses antes del estallido del supuesto caso. Los contenidos no están precisamente improvisados en los últimos días. Ni en las últimas semanas. Su línea argumental es clara y coincide punto por punto con lo que están difundiendo los medios afectos al nacionalismo catalán.

Ha sido un usuario de Twitter quien ha descubierto la anticipación visionaria de Òmnium al buscar la fecha de creación del dominio. 

En un hilo en la red social, dicho usuario destaca que el nombre de la web es el mismo que el puesto al expediente por «The Citizen Lab«, el departamento de la Universidad de Toronto que asegura que los independentistas han sido víctimas de un programa de espionaje vendido a España por una empresa israeli.

También se sorprende por la rapidez con la que habrían editado un video de denuncia de producción no parece cosa que se pueda despachar en un par de horas. No se si esto que dice lo este usuario en twitter será así o no, lógica tiene pero no puedo afirmarlo pues no lo sé pero lo que si tengo claro que el CNI está para defender España y espiar a los que quieren romper España.

Lo que sí se es que La Guardia Civil considera que los trece investigados por su pertenencia al Equipo de Respuesta Táctica (ERT), la rama más radical de los Comités de Defensa de la República (CDR) desmantelada en septiembre de 2019, integraban una “organización criminal con finalidad terrorista.

Lo que sí se es que un informe del Servicio de Información del Instituto Armado en Cataluña del pasado 20 de mayo -remitido al juez de la Audiencia Nacional Manual García Castellón– en el que señala que fue el denominado “CNI catalán” el que encomendó a esta ramificación violenta de los CDR el asalto al Parlament como respuesta a la sentencia del “procés. Eso sí lo sabemos todos los españoles.

Así que lo dicho al principio y no es más ni nada menos que el deber y la obligación del Centro Nacional de Inteligencia saber que están tramando los enemigos internos de España

Javier Ygartua Ybarra

Nieto de Javier Ybarra asesinado por ETA. Analista político en medios de comunicación. Vizcaíno y por tanto doblemente Español. Si queremos un futuro sin terror no podemos actuar como si el terror no hubiera existido.

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