
«El próximo gobierno de España no puede ni debe equivocarse de cuáles son los desafíos reales. Hay que acabar con la ruptura y la destrucción»
Me siento muy orgulloso de haber pertenecido al Partido Popular presidido por José María Aznar. Me siento muy orgulloso de haber pertenecido al Partido Popular de Jaime Mayor Oreja y de María San Gil. Un PP valiente y heroico aquí en mi tierra. Un PP que hacía y decía y cumplía.
Me siento muy orgulloso de haber pertenecido al partido de Goyo Ordóñez, de Alberto y Ascensión, y de muchos otros compañeros que perdieron su vida a manos de ETA. La diferencia es que yo tengo la fortuna de poder contarlo.
Me siento muy orgulloso de haber sido del Partido Popular aunque ya no quepa en él. La cuestión ahora es quién ofrece para España un proyecto creíble. Un proyecto en el que se pueda confiar y que pueda ser útil.
No lo tiene la izquierda, porque la izquierda se divide en tres. Los que han decidido hundir su propio barco, los que están en la inopia, y los comunistas.
A todos se les cayo encima el muro de Berlín y también ahora a algunos se les va a caer los cascotes del fracaso del Chavismo.
Y a alguno, a Sánchez, se le va a caer su traicion a España y sus pactos con ETA encima en las próximas elecciones a modo de gran derrota electoral.
Uno no puede traicionar a las víctimas del terrorismo y a España y salirse de rositas.
Un partido que aspira a ganar las elecciones, el que sea dentro del ámbito del centro derecha no puede despreciar ni los recelos ni lo enfados de otros.
A todos aquellos y a muchos más les digo con claridad y con sencillez que si quieres ganar las elecciones hay que contar con todos, con los que te alaban y con los que hacen críticas constructivas para ayudar a mejorar.
Que uno tiene que ganar forjando mayorías, y uno tiene que ser la expresión de la mayoría política y social de España.
Uno quiere ganar para devolver el ánimo a los desanimados, para dar certezas a los que dudan y para aquellos que están enfadados sepan que para un partido que aspira a ganar siempre seguirán contando.
Hay que ganar las elecciones para que las cosas que se han hecho bien permanezcan bien y se hagan mejor y para lo que no está bien se corrija.
Yo no quiero políticos infalibles ni perfectos pues eso no existe como no hay personas infalibles ni perfectas.
Pero sí pido políticos que antes las voces que todo derecho preguntan, critican, y exigen que escuchen dichas voces pues ellas te dirán lo que él palmerismo político no dice.
Repito la pregunta: ¿Quién tiene para España un proyecto creíble? Un proyecto en el que se pueda confiar y que pueda ser útil. No lo tiene la izquierda.
Necesitamos un proyecto político que vaya más allá de un gobierno concreto, un compromiso firme con una nación unida, una nación sería en sus responsabilidades y constante en su modernización.
Una nación plural pero de ciudadanos iguales, una nación solidaria y responsable que crea y ofrece oportunidades.
Una nación reconocible y cierta que ha demostrado ser capaz de lo mejor al afrontar las pruebas más difíciles.
Creo que pocas veces hemos vivido en España tantos tan confundidos ante los desafíos que tenemos. Unos creen que su desafío es romper el estado, otros que creen que su desafío es quebrar el sistema político y para algunos el desafío debería ser simplemente aclararse.
Aclarar si lo que quieren es una confederación federal o lo que quieren es una federación asimétrica o una simetría federal, una autonomía confederada o una confederación autonómica.
Aclarase es muy importante pero no son esos los desafíos reales de España. Se equivocan.
Pero el próximo gobierno de España no puede ni debe equivocarse de cuáles son los desafíos reales. Tiene que buscar el dar bienestar, progreso y oportunidades a los españoles. Hay que acabar con la ruptura, con la destrucción, con la revancha y con la confusión.
El verdadero desafío es garantizar el modelo de bienestar creando oportunidades de empleo. El desafío es seguir modernizando España. El desafío es estar en el puente de mando de Europa y no en la sala de cuarentena.
Hay que fortalecer las clases medias, son la columna vertebral de una sociedad y dan la medida de su progreso.
Quiero una sociedad cuya diferencia la marque el sacrificio, el esfuerzo y el trabajo duro. Eso significa bajar los impuestos a los que trabajan y ahorran. A los que piensan en su futuro y en el futuro de sus hijos, a los que arriesgan para crear.
Significa mejorar la educación de todos en conocimiento y valores. Significa reconocer el talento y reconocer las aspiraciones legítimas que impulsa un país hacia su futuro.
Debemos recordar que debajo del ruido hay una España por lo que muchos han luchado contra la crisis, que la han superado en su momento o que tal vez han caído pero están luchando decididos a levantarse.
Ellos son imprescindibles y tienen que sentir el apoyo del futuro gobierno de España pues a este ya lo doy por imposible.
Quiero hablar de los jóvenes, muchos de los cuales se sienten más excluidos en la crisis y no se debe permitir que se sientan así.
Un joven no se compra con cheque para videojuegos, a un joven se le ayuda a que tenga oportunidades y que con su trabajo y esfuerzo y con un gobierno preocupado por ayudarle tengan un futuro que será el futuro de ellos y de España.
Estoy seguro que si el futuro gobierno de España se compromete a forjar una gran alianza social y empresarial con el empleo de los jóvenes, estos no van a fallar como nunca nos han fallado.
Por último y no por ello menos importantes es deshacer todas las leyes ideológicas de la izquierda que tanto daño están haciendo a los españoles.
Estos son los verdaderos desafíos de los españoles. Para eso hay que hacer política, la mejor política la que convoca las mayorías sociales hacia objetivos compartidos.
La respuesta es la Constitución y la ley. Nadie tiene el derecho de dividir y enfrentar a una sociedad como está haciendo este gobierno.
Debe quedar claro que nadie puede echar un pulso a la democracia y a España sin que eso tenga consecuencias.
Los independentistas dicen que los catalanes y los vascos están encantados de ir hacia el abismo que les preparan. Yo como vasco no lo creo. No es verdad.
Frente a eso hay una política que levantar y hay un gran esfuerzo de movilización por hacer.
Hay que hacerlo con constancia y con generosidad para que Cataluña y País Vasco no queden secuestradas ni enmudecidas por los independentistas:
Para ello hay que aplicar la ley, sólo la ley pero con con toda la ley. Con ETA nada que negociar, independencia ninguna y chantaje ninguno. ETA fuera de las instituciones y quien quiera romper España fuera también de las mismas.
Es el momento del coraje y de las convicciones. Se necesita valentía y empuje para recuperar el terreno perdido. Hay que trabajar día a día para recuperar España. Sin miedos y sin complejos frente a una izquierda que es ejemplo de miseria y de ruina moral.
Los españoles hemos demostrado a lo largo de nuestra historia que somos capaces de eso y de más. Hagámosle entonces. Levantemos España. Es posible y juntos podemos hacerlo. Viva España.