Aquellos días de Julio. Por Javier Ygartua

 
 
No se puede entender bien desde la distancia, lo que supone convivir todos los días con esta gente cara a cara.
 

«Desde aquellos días de Julio, nada volvería a ser igual. El problema es que después a los vencidos que era ETA se les ha permitido ganar»

 
A mi abuelo Javier lo secuestro y asesinó ETA en 1977. Esto marcó mi vida. Desde que nací tuve que ser protegido por mi querida Guardia Civil. No me podían sacar a la calle y me tenía que ir a casa de una amiga de mi abuela que tenía jardín para que me diera el aire.
 
Eso marca un carácter y un compromiso con la Libertad y frente aquellos que me la quitaron que era ETA. Y así fue.
 
A pesar de las lágrimas de mi madre pues había vivido el asesinato de mi abuelo y las llamadas en casa de ETA a altas horas de la madrugada amenazando a mi padre que estaba como Presidente de AP en Guecho y con el cual participaba en las campañas electorales con el propio coche de mi padre (antiguamente las caravanas de los constitucionalistas era así, no había medios) decidí en 1997 afiliarme al Partido Popular y luchar contra ETA.
 
Yo conocía a Jaime Mayor e Iturgaiz porque eran amigos de mis padres. Estaba comprometido y animado por unos referentes que encarnaban ese cambio que quería. Jaime Mayor Oreja promovía un partido abierto, dando opciones a los jóvenes que estábamos dispuestos a comprometernos en el constitucionalismo, y un referente frente a ETA y del mismo modo Carlos Iturgaiz, cuya cercanía, entereza y dedicación en los peores años, y siempre, nunca se le reconocerán suficientemente. Gracias a los dos.
 
Seguimos en el año 1997, en Junio me afilio en Guecho y en Julio se produce  el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco que me da otro baño más de realidad.
 
Paso a ser por partida doble objetivo de ETA, se aleja mi novia de entonces que me deja porque le dice su madre que no salga con uno del PP, «porque le puedo poner en peligro», y además otras personas cercanas me hacen el vacío.
 
Muchos años después me pintan una Diana en casa a la cual no le doy la mayor importancia pues era algo habitual por desgracia.
 
Eso sí un día por la mañana voy a un centro comercial cercano a mi casa, serían las 20.00 y a la vuelta al coche con los escoltas, una furgoneta a gran velocidad se nos lanza encima. Pensé que era algún pirado al volante y tampoco le di mayor importancia al asunto.
 
Al día siguiente por la mañana voy al mismo centro comercial y noto movimientos raros. Me quedo con tres caras de tres personas que me encontraba ahí donde iba por el centro comercial. Eran de ETA como así constaté con la Guardia Civil en diversas fotos que vi después.
 
Por ello, me tengo que ir unos días de mi tierra por la amenaza real de secuestro a manos de ETA. Ahora se puede decir, me voy a Ávila con un amigo que estaba allí y me esconde en su casa. Gracias a él y a mi querida Guardia Civil estoy aquí.
 
Eso es lo que muchos hemos vivido. No incido más en lo que padecí porque tengo la suerte de contarlo, no como otros compañeros. En lo que sí me centro es en la reacción tras ese asesinato en cámara lenta, es el verdadero principio del fin de ETA.
 
Es cierto que en estos 25 años hemos oído de todo acerca del final del terrorismo, ya saben que yo pienso que ETA no está derrotada, la derrotó el Gobierno de José María Aznar con Jaime Mayor Oreja de Ministro de interior pero otros gobiernos incluido el de ZP, Mariano Rajoy y Sánchez dieron concesiones para que los vencidos que eran ETA sean los vencedores actualmente.
 
La unidad de los partidos políticos tras Ermua, espoleados por una sociedad vasca y del conjunto de España que salimos a la calle a decir Basta Ya, expresar que no estábamos dispuestos a tolerar el terror y el proyecto de ETA, provocó que estos percibieran, por primera vez, que sus medios iban a fracasar. 
 
Aquellos días de Julio.
 
El hartazgo de la ciudadanía, manifestado en movilizaciones, concentraciones y reacciones valientes, permitió también perfeccionar todos los mecanismos de la lucha antiterrorista.
 
Daros cuenta que en la época que ETA asesinó a mi abuelo no se sabía tanto de los asesinos de ETA. Creo que es importante destacar que lo que ETA pretendió asesinando a un concejal del Partido Popular fue extorsionar y dar un paso más en sus objetivos antidemocráticos. 
 
Y consiguió destrozar una familia, que tienen que ser siempre los protagonistas del afecto y reconocimiento, pero también se encontraron con el principio de su final porque, desde aquellos días de Julio, nada volvería a ser igual.
El problema es que después a los vencidos que era ETA se les ha permitido ganar.
 
Eso es lo triste de esta historia.
 
Hoy, 25 años después, es fundamental recordar aquellos días por la familia Blanco, por ser justos, por la memoria de todas las víctimas del terrorismo etarra, por nuestra democracia y, sobre todo, para que el fin de ETA sea también el descrédito definitivo de su proyecto totalitario y el desprestigio de los responsables intelectuales y materiales que asesinaron a nuestro compañero Miguel Ángel.
 
Abuelo seguir, seguir y seguir. ETA perderá y nosotros ganaremos. Como Miguel Ángel por la libertad. Siempre con las víctimas. Viva España.

Javier Ygartua Ybarra

Nieto de Javier Ybarra asesinado por ETA. Analista político en medios de comunicación. Vizcaíno y por tanto doblemente Español. Si queremos un futuro sin terror no podemos actuar como si el terror no hubiera existido.

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