Los precios aumentan por el exceso de sinvergüenzas. Por Rodolfo Arévalo

exceso de sinvergüenzas

«Los precios no aumentan por la escasez de productos, sino por el exceso de sinvergüenzas. A los agricultores les pagan verdaderas miserias»

A los agricultores por el kilos de fruta u hortalizas les pagan verdaderas miserias teniendo en cuenta lo que vale mantener la tierra, abonarla, labrarla, regarla o esperar las lluvias con el corazón en puño hasta que caen. Luego el temor de las plagas, el granizo o cualquier otro efecto devastador de la cosecha tan esperada.
Ese dinero que cobran apenas bastan para volver a comprar semillas, abonar de nuevo, mantener la maquinaria, para vivir y con mucha suerte en un año muy bueno renovar material, pagar los gastos y reinvertir. Lo mismo les pasa a los ganaderos de reses que producen leche, que sobreviven año a año. No, ellos no son el problema, son el único clavo ardiente al que agarrarnos cuando vienen mal dadas.
El verdadero problema, siempre es de los intermediarios, señores que desde la comodidad de sus despachos compran las cosechas y de los transportistas que por el simple hecho de mover el producto de un lado a otro lo encarecen de manera obscena. Cuantas casas soberbias hay construidas sobre los hombros de los esforzados hombres del campo, que a lo sumo siguen teniendo toda la vida la casa de campo que fue de tatarabuelos, abuelos, padres y ahora de ellos. Casas en donde vivirán luego sus nietos y bisnietos, ganando las miserias para seguir trabajando y sobreviviendo.
El mundo esta mal construido, porque el beneficio no puede recaer sobre las personas que mueven los productos básicos, sino sobre los que los producen. Puedo aseguraros que ellos no van a construir con esos beneficios las casas de nuevos ricos, los chalets postmodernos con todo tipo de prestaciones de las zonas residenciales que bordean los círculos de las ciudades.
No es justo, ni siquiera debiera ser legal que el beneficio de ese trabajo primario se lo lleven individuos que no han visto un terrón de tierra ni en pintura. Que no han visto una ubre de vaca ni en película y no hayan visitado Mercamadrid ni en Nochebuena. Yo tengo un amigo que tiene una frutería, me dice que se levanta a las cuatro de la mañana para acudir a ese mercado ya citado a conseguir frutas para su establecimiento. Que las mejores ya se han reservado para hoteles de postín y resto de hostelería y a los comercios solo les llegan ya el resto de material.
¿Quiénes manejan esos hilos, ese dinero, ese tráfico de influencias? Alguien debe ser, alguien que depreda al resto de los mortales que vive de las miserias que ellos dejan. Siempre es así, pero no debiera serlo. Antes los beneficios eran para los propietarios de las grandes parcelas y hoy día siguen siendo de los que más dinero tienen. No sé si todo esto es legal, imagino que sí, pero la propia vergüenza de los que lo hacen debiera bastarles para comportarse como seres humanos iguales en derechos y deberes, desde luego con un beneficio lógico por lo que tienen que poner para la logística pero nunca unos precios que para el consumidor, que somos todos nosotros, acaban multiplicándose por cuatro cinco, me parece que se pasan tres pueblos y tampoco arriesgan tanto.
Solo empezarán a poner pegas cuando, cazurros ellos, se vean superados por los algoritmos de las redes sociales, a través de las cuales, la relación productor consumidor se establezca creando precios justos, tanto para el productor como para el consumidor y se acabe quitando de la ecuación al propietario de los almacenes y la logística. El mundo que se avecina se va a llevar por delante a mucho personaje de guante blanco que no se agacha ni para atarse los zapatos y ese día esta muy cercano. Digamos que a la vuelta de veinte años.
De este tema ya hablé en una ocasión pero refiriéndome a la ropa, pero hoy, está en boca de todo el aumento de precios en los alimentos. A los agricultores por el kilos de fruta u hortalizas les pagan verdaderas miserias teniendo en cuenta lo que vale mantener la tierra, abonarla, labrarla, regarla o esperar las lluvias con el corazón en puño hasta que caen. Algunos dirán que soy socialista, incluso comunista, nada más alejado de mi realidad y pensamiento, lo que soy es una persona que considera a los demás también personas con los mismos derechos a vivir y vivir lo mejor posible que cualquier otro por muy alto copete que gaste.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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