A vueltas con Poe. Por Antonio Ramírez

Los crímenes de la academia: A vueltas con Poe.

«Edgar Allan Poe ofrece sus dotes de deducción y habilidades de razonamiento en sus ratos de lucidez para resolver Los crímenes de la Academia»

 

El relato de ficción histórica alcanza el grado de extraodinario con esta novela de Louis Bayard que nos traslada a la Academia de West Point del segundo cuarto del siglo XlX. «Los Crimenes de la Academia» recrea el misterio, la intriga y la tensión en la célebre institución americana en la que, pese a la férrea disciplina y el control a la hora de formar la oficialía de un ejército tan poderoso y prestigioso, entra el crimen complejo y aderazado de no pocas dósis de tenebrosidad.

 

 

Para disfrute del lector y para desentrañar tal circunstancia, el mando de la institución cuenta con dos personajes que aportan todo lo que una buena novela negra puede ofrecer: entretenimiento, buena literatura y crear adicción por la lectura. Dos personajes de peculiar configuración y que encardinan el relato de manera excepcional, por una parte un policía laureado y retirado que, desde la óptica civil y entre las rigideces del mundo militar, se abre paso para desentrañar el reto. Por otra, la figura del joven y mítico escritor Edgar Allan Poe, que utilizado por el anterior, ofrece sus dotes de deducción y habilidades de razonamiento en sus ratos de lucidez. Con esas componendas, esta historia, lejos de defraudar, sumerge en un mundo apasionante.

Antonio Ramirez Velez

Indígena melillense con varias decenas de años a mis espaldas. Periodista de profesión y dedicación institucional desde hace muchos años en lla Ciudad Autónoma de Melilla, anterior Ayuntamiento, con una paso también en la Administración del Estado, Delegación del Gobierno. Responsable en diversas legislaturas de gabinetes de prensa y relaciones institucionales, comencé a entender, hace tiempo ya, que el poder es un mar de ambiciones y conjuras permanentes y por ello la verdad, cuando sobrevive, vale su precio en oro. Mi paso por medios de comunicación, tanto públicos, como privados, me enseñó de la gran asignatura pendiente que tienen, aún, generaciones de periodistas sobre la consideración de su profesión y la dignificación de la misma.

Lector aplicado, que intento ser, concibo a los libros como uno de los últimos reductos de la libertad de pensamiento, generadores de opinión y salvaguarda, por ello, de la voluntad. Lo único que no nos puede ser arrebatado (Víktor Frankl).

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