El viejo el mar nos recuerda la capacidad de los humanos para fracasar, levantarse, medirse, triunfar y de paso, amar la lectura.
Amar la lectura. Por Antonio Ramírez

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El viejo el mar nos recuerda la capacidad de los humanos para fracasar, levantarse, medirse, triunfar y de paso, amar la lectura.
La ciudad de vapor, publicada tras el prematuro fallecimiento de Carlos ruiz Zafón es todo un homenaje a sus lectores y la lectura.
Este misterio renacentista es un Imprescindible libro, no solamente para los amantes del arte, los que siguen a la gran literatura.
La Biblioteca en llamas es un memorable relato de Susan Orlean, es la historia de un incendio, es la historia de un olvido.
Cuando más luz se necesita, y a tenor de las circunstancias, las tinieblas de la algarabía marcarán este debate del estado de la tribulación.
El huérfano de Adam Johnson es un gran libro, sobre la vida en lo extremo, cuya vocación por méritos propios, es convertirse en un clásico,
Islas a la deriva, obra póstuma del autor y que vio la luz años despues de su muerte, nos lleva al escenario de la Segunda Guerra Mundial.
Plegados a liturgia electoral que durará en su intensidad no menos de año y medio, el futuro es algo que se ve lejano ante la impenitencia del presente.
Firmin es un libro, por méritos propios de la literatura universal, de la cultura mayúscula, que relata, nada más y nada menos, sobre de los libros.
Sube el volumen, sube el tono del espectáculo ante la cercanía de la urna que tan pomposamente se define como fiesta de la democracia.
Con Luis de Oteyza y el oficio de investigar de Antonio Rubio nos encontramos ante una obra sobre los orígenes del periodismo de investigación.
Unas cuantas de esas baratijas con escaño son capaces de llevarse el protagonismo, de gozar del estrellato en ese zoco de mercadeo político.
La luz que no puedes ver es una lección de esa literatura que es capaz de produicir belleza a partir de momentos de tenebrosidad.
En la inflación económica el dinero va perdiendo su valor, en la inflación política aumenta el descreimiento hacia los valores del servicio público.