
«Al estar un semestre en negativo, entraremos en recesión técnica y el BCE dejará el año que viene de comprar deuda. Poco nos pasa»
Al hilo de lo de las inversiones necesarias para mantener la sanidad y la educación, incrementando los impuestos (como defiende la izquierda), o gestionando mejor lo recaudado (como pretende defender la derecha), instituciones como el Tribunal de Cuentas o la AIReF (Autoridad independiente de responsabilidad fiscal), cuya misión es – como reza en su web –, “garantizar el cumplimiento efectivo del principio de sostenibilidad financiera por las administraciones Públicas”: calculan que en nuestro país la cantidad de millones de euros en subvenciones sin control asciende a 14.000 M€. Por otro lado el Instituto de Estudios Fiscales eleva la cantidad de millones de € en gasto superfluo a 60.000, sin que esos fondos sean usados para servicios públicos. Y por último, la OCDE – hablando sobre España –, nos coloca 14 puntos por debajo de la media de los países más avanzados, calificándonos como ineficaces gestionando el gasto público.
Al hilo de las declaraciones triunfalistas de la Ministra de Economía (Nadia Calviño), sobre el crecimiento de la economía española: la AIReF, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco de España, La OCDE, Funcas (prestigioso centro de análisis dedicado a la investigación económica y social), CaixaBank, BBVA, también contradicen a Calviño.
Es más: pese a haber sido purgado y descabezado recientemente por dar datos en la dirección opuesta a la deseada por el Gobierno, el propio INE (Instituto Nacional de Estadística), ha reconocido que el crecimiento de la economía española durante el tercer trimestre (julio, agosto y septiembre), estará en torno a cero.
En este medio les hemos venido comentando a través de los artículos publicados, que los datos del paro en estos mismos meses no arrojaban buenas perspectivas al haber sido negativos. Y sin ánimo de ponernos medallas por ello puesto que lo hacemos con la mejor de las intenciones. es lógico llegar a esa conclusión sin necesidad de ser Doctor en Economía como Sánchez, ni enrollarnos hablando de cifras farragosas pues, para que en España no se destruya empleo el crecimiento debe ser positivo por encima de las cifras que arroja el Gobierno.

Desde el Círculo de empresarios – en base a una encuesta anual realizada por el IMD (Institute for Management Development) –, comentan que el nivel de competitividad de la economía española dentro del entorno estudiado (63 países más avanzados), hemos pasado desde que comenzó “el sanchismo” del puesto 14 al 36. En exportaciones, salud y medioambiente, infraestructuras tecnológicas e inversión exterior no estamos mal, pero sin embargo en finanzas públicas, asuntos fiscales y en política laboral, estamos entre los últimos, es decir, somos de los peores. En materia de productividad estamos a 16 puntos de la media de la UE y creciendo. Por otro lado el PIB per cápita en España es un 20% más bajo que la UE, somos más pobres, y tenemos pendientes de realizar las principales reformas estructurales que ya han acometido los principales países como Francia, Alemania o Italia. Mientras eso no suceda estaremos en clara desventaja en Europa, en la OCDE y en el resto del mundo.
Quien me conoce y sigue por las redes, sabrá que denuncio permanentemente que la “reformilla laboral” llevada a cabo por Yolanda Díaz es una gran mentira y que los precios de la energía de la que tanto alardea el Ministerio de Transición ecológica, cuando la energía nos cuesta menos que al resto gracias al denostado “timo ibérico” pese a pagar algo menos, de poco nos vale si no tenemos en cuenta el nivel de renta per cápita de los españoles en comparación con los de los demás miembros de la UE.
Si en el tercer trimestre el crecimiento ha sido cero pese a los relativos buenos datos del turismo (teniendo en cuenta que los servicios pesan un 67% en nuestra economía), y pese a que el cuarto trimestre el consumo se incrementa históricamente, los expertos ya anuncian datos negativos para acabar el año ciñéndose a la frialdad de los números. Con esta situación, los empresarios reclaman justo lo que falta, es decir, estabilidad jurídica y económica para tomar las decisiones más acertadas, sin embargo la inmensa mayoría se sube al carro de la estanflación para el 2023, puesto que Alemania entrará en negativo también en el cuarto trimestre. Al estar un semestre en negativo, entraremos en recesión técnica lo cual significa que los agentes sociales tienen que hacer viables sus proyectos pese a desarrollar técnicas de negocio imaginativas, pero como el escenario cambia, lo primero que sucederá es que los niveles de paro – pese a que desde el Gobierno cuentan los parados como les da la gana –, el índice, se le va a disparar.
La incertidumbre. Maneras de vivir.