Hartos de acuchillamientos y disparos entre jóvenes. Por Rodolfo Arévalo

Disparos entre jóvenes

«Estamos ya un poco hartos de oír hablar de acuchillamientos, incluso de disparos entre jóvenes de muy tierna edad, alrededor de los quince años»

Estamos ya un poco hartos de oír hablar de acuchillamientos, incluso de disparos entre jóvenes de muy tierna edad, alrededor de los quince años. Vemos la imagen de la madre que pide que su hijo asesinado vuelva, lo llama desde el balcón de su casa. Eso ya no ocurrirá porque un matón, probablemente de su misma edad, lo ha mandado al otro barrio por la estupidez territorial de dividirlos, los barrios, en posesiones de unos u otros. Esto debiera estar, por lo menos en España, castigado por leyes muy duras con consecuencias penales a la misma altura, y tratándose de extranjeros con la consiguiente expulsión.

 

No se puede consentir que entre los “Nuevos Madrileños” no rijan las mismas normas de convivencia y leyes a obedecer. Trinitarios y Domican Don’t Play, son bandas de delincuentes peligrosos que un país Europeo, como España no puede tolerar. Incluso debiera de existir, sino lo hay una fuerza especial dedicada a la desarticulación de estas bandas.

 

La ley española es muy laxa con algunos delitos y no debiera serlo. Pero hoy día al parecer la gente está más preocupada por la tontería del “solo sí es sí” que de cualquier otro tipo de delitos. Que sí que me parece muy bien que los delitos de violación estén penados con penas graves, pero desde luego un asesinato a sangre fría debería estarlo doblemente, yo lo haría cadena perpetua sin revisión.

 

Que esto pueda ocurrir en países en vías de desarrollo como los de Hispanoamérica, tiene un pase, pero que ocurran aquí en el corazón de la cultura occidental, con toda su carga cultural sobre milenios, es casi insultante. A los niñatos gallitos, por muy en camino de hombres delincuentes que vayan a ser, hay que tratarlos como a los gallitos sin plumas que son. Y desde luego no se los arregla con correccionales de menores y sopitas calientes. Esa gente tiene ya costras y no se va a avenir a razones lógicas. Esta forma que tienen estos personajes de ver la vida, corresponderían a los de los chuletas y psicópatas o a un tiempo en el que la policía no debía enfrentarse a chulerías propias de niñatos.

 

Desde que vimos a un imbécil de pelo rizado burlándose de la policía en las sentadas de la puerta del Sol, a la entrada de un Corte Inglés, estas cosas han ido en aumento. No se puede tolerar que por la laxitud de las leyes, los anti sociales y anti todo se puedan permitir esta agresividad.

 

En este sentido, se podría volver a la ciudad sin ley ni servicios que garantizaran el orden. Ese lugar se llama, yo iré armado ya que las fuerzas de seguridad no pueden defenderme. Puede que esto guste mucho a dictadores potenciales con los Podemitas, pero claro portándolas solo ellos. Cuando las portan, las armas, todos los ciudadanos la cosa empieza a ponerse fea. Y una de las causas atañe precisamente a las bandas juveniles y a delincuentes habituales. Estas actividades por mucho que se quieren evitar con educación, son inevitables cuando en la ecuación introducimos el factor, prepotencia, chulería y probablemente psicopatía, para luchar contra esto hacen falta más que colegios institutos y formadores de barrio. Hace falta mano dura, mucha mano dura, y que no se diga que eso es fascismo, porque en los países no fascistas como puedan ser los comunistas, las leyes son férreas y la actuación policial podría calificarse de violenta, pero al parecer este tipo de individuos las únicas normas que entienden son esas.

 

Recuerdo del dicho de que la letra con sangre entra, a ver si a estas alturas del siglo XXI vamos a tener que volver al principio de mil novecientos. Y es por todo esto por lo que las leyes deberían ser más punitivas. Estamos ya un poco hartos de oír hablar de acuchillamientos, incluso de disparos entre jóvenes de muy tierna edad, alrededor de los quince años. En algunos lugares de Estados Unidos se inventó hace ya años la ley de los tres golpes y estás fuera. Es decir al primer delito grave advertencia y la pena que corresponda, al segundo pena mucho más grave y al tercero, olvídate de volver a la calle. Si te dan tres oportunidades y las desprecias, no puedes vivir en sociedad. Vemos la imagen de la madre que pide que su hijo asesinado vuelva, lo llama desde el balcón de su casa. Eso ya no ocurrirá porque un matón, probablemente de su misma edad, lo ha mandado al otro barrio por la estupidez territorial de dividir, los barrios, en posesiones de unos u otros.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

Artículos recomendados

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: