Rodolfo Arévalo 
«Dicen que el PP utiliza las togas para asaltar el Congreso al estilo de Tejero. Eso además de una acusación falsa y mezquina es un libelo»
Cada día que pasa en este país de individuos tan raritos, que lleva nada más y nada menos que cinco siglos unido, lo entiendo todo menos. Está bien querer el lugar en que uno vio por primera vez la luz, su terruño, pero no hay que exagerar, porque eso lo convierte en una paletada como otra cualquiera. No sé, no quiero creer que algunas zonas de España estén llenas de paletos y además paletos con aires de políticos. Yo más bien creo que quién así piensa no es paleto, es más bien un puñetero listillo que busca mando en plaza y nada mejor para conseguirlo, que decir que su terruño es independiente.
Yo nací en Francia, concretamente en Marsella, pero soy Español de origen, porque ni padre y mi madre eran Españoles y tenían que estar allí por razones de trabajo. ¿Debo por eso pedir la adhesión de Marsella a España o, de manera más surrealista pedirle al gobierno francés que independice mi ciudad dado que mi gran “YO” nació allí? Imagino que no, y si fuera así inmediatamente ustedes pensarían, vaya imbécil pagado de sí mismo. Es lo lógico ¿no? Yo creo que sí.
El PSOE, estos últimos meses, bajo el mandato de Pedro Sánchez, va adquiriendo unos tintes totalitario de no te menees. Y advierto que eso es algo que el pueblo Español, incluso los votantes del PSOE no aceptan, y ya saben ustedes como es el pueblo español que te arrea un buen bofetón por un menéame ahí esas pajas, por muy votantes tuyos que sean. Hace poco en el por mí llamado “Hemicirco”, porque lo es, y en él hay mucho funanbulista haciendo equilibrios, y mucho payaso impostando idioteces, ocurre que cuatro desorientados quieren que se les trate a ellos mejor que a los demás. Por boca de uno de sus diputados, muy conocido en su casa a la hora de comer, dice que el PP está intentando cometer un golpe de estado usando el Tribunal Constitucional. ¡Qué bien he quedado pensará el susodicho, sin gracia y sin dicha!
Yo no lo veo de esa manera, más bien veo a quienes quieren aprovecharse de que el río anda revuelto con el problema de la renovación de jueces, y que en este tema jueces, no debería intervenir ninguna persona distinta a la carrera judicial, para colar de rondón reformas y leyes que bordean la Constitución del 78, que muchos votamos.
Muchos no estamos dispuestos a que sea sobada por individuos de escasa cultura, formación y buen hacer y si con mucha caradura y desparpajo. En este sentido se dice que el PP quiere utilizar las togas para asaltar el Congreso al estilo de Tejero en los ochenta. Eso además de una acusación falsa de una mezquindad inigualable es un libelo de padre y muy señor mío. Ya quisieran que esto fuera así, más bien me inclino a pensar que quienes están dando un golpe de estado pasito a pasito, para cambiar la Constitución son los que sueltan esos infundios.
Todas estás tonterías, las dicen estando incluso en abierta oposición con personas de su propio partido, más serias y que aceptan las reglas del juego y la Constitución. Numerosos barones territoriales del PSOE, siguen siendo leales a la Constitución del 78, y por eso critican la manera en que el gobierno central quiere usar en su beneficio al Tribunal Constitucional y califican sin reserva de prepotente e insensato al presidente del gobierno. Lo que no parecen saber es que el Tribunal Constitucional, no puede estar al servicio de nada, ni de nadie, pues es uno de los poderes independientes de esta España tocada de muerte por las hordas separatistas de izquierdas. Porque, curiosamente, los separatistas son grupos de izquierda.
Hay una manera de poner en ridículo y en su sitio a esta panda de sinvergüenzas que, se aprovechan de los diputados honrados que militan en el PSOE, y a los grupúsculos, que pasando por encima de muchos de esos diputados decentes, quieren imponer un trágala a la oposición. Se trata de abandonar el pleno del Congreso dejando solos en el Hemicirco a los diputados de izquierda, y paralizando sus decisiones una tras otra, usando para ello precisamente el Tribunal Constitucional. Si les gusta bien y si no que se vayan a sus casas a dar la lata a sus familias, porque dudo que incluso sus votantes quieran aceptar sus imposiciones con gusto y es por esto por lo que cada día que pasa en este país de individuos tan raritos, que lleva nada más y nada menos que cinco siglos unido, lo entiendo todo menos. Está bien querer el lugar en que uno vio por primera vez la luz, su terruño, pero no hay que exagerar, porque eso lo convierte a uno y su empeño en un paleto de antología de la paletada.
