Mila Soyyo ¡MUY BUENOS DÍAS!
Comenzamos la mañana del jueves, con la gran satisfacción de compartir con un lector este saludo matutino, acompañado de unas letras.
Para la ocasión cuento con la coloaboración de Álvaro d. l. H. En twitter tiene una cuenta: @alvaroh1408
Un artista, criado en el campo, creció en una familia numerosa y cuando llegaba el verano ayudaba a sus abuelos ganaderos. Fue su abuela la que le regaló sus primeras pinturas. Estudió arte en la Universidad de Utah y había trabajado como artista comercial antes de dedicarse a tiempo completo a las bellas artes del oeste americano. Galerías, exposiciones, reconocimiento en todo el mundo. Como curiosidad, vive en el campo, junto a su mujer, familia numerosa de seis hijos y veintiún nietos.
Robert Duncan. Salt Lake City 1952 .Pintor. Realismo. Paisaje, vida rural, oeste americano. Óleo.
«La vaca lechera del abuelo » Por Álvaro d l H.
He de decir que ya lo conocía porque buscando un patrón de estilo para una obra que quise hacer en mi app de IA arte, sobre caballos y la América de vaqueros rural, apareció este artista como un referente contemporáneo. ¡Vaya casualidad!
Calidez y viveza en la vida rural.
De la sencillez en la América profunda,
en tiempos una tierra tan fecunda,
tierno encuentro intergeneracional
al ordeñar, entre abuelo y nieto.
Y la calma se atrapa en el momento,
la tranquilidad de los gatos,
acurrucados, quietos a ambos lados
y el cruzar de esas miradas
a punto de arrancar esas palabras…
La vida en el campo y una abuela,
marcan una infancia, una vida,
con ellas y la pasión por la pintura,
se es capaz de hacer esta maravilla.
Arte sobre lienzo muy detallado,
cargado de emociones, colorista,
llena de narrativa, estilo realista,
la obra de este pintor americano…
«La vaca lechera del abuelo » Por Mila Soyyo
Frío invierno, sol que atiza , luz produciendo reflejos
colándose en el establo, el día da su comienzo.
Una vaca, sólo una, es lo que queda en este momento
el niño le mira, con sus ojos tiernos.. ¿Qué piensas abuelo?
Mi querido nieto, ella me dio el sustento
la leche, para seguir comiendo
una vida, un encuentro
y tú, tan presente en ello.
Abuelo: seguiré tus pasos, lo verás con el tiempo
solo tienes una, yo doblaré el rendimiento
y podrás decirme . ¡Qué orgulloso me siento!
Testigos, sin decir nada, donde las palabras
son un dulce ronroneo, del que puedo escuchar:
Amigo, ¡vaya suerte que tenemos,
otra vida que veremos!
***
Aquí finalizamos, agradeciendo a Álvaro su participación en el saludo de la mañana. Mi agradecimiento también va dirigido a Manuel Artero, editor y jefe de esta revista digital, ya que sin él, esto no sería posible. No me olvido … A vosotros, lectores de La Paseata, desearos que tengáis un maravilloso jueves.
MMB
