El carnaval antidemocrático, en Brasil, apenas si ha comenzado. Por Guirong Fu

El carnaval antidemocrático, en Brasil, apenas si ha comenzado.

«El carnaval antidemocrático, en Brasil, apenas si ha comenzado: Lula tiene, de demócrata, lo que yo de monje tibetano»

El carnaval antidemocrático,

en Brasil, apenas si ha comenzado:

Lula tiene, de demócrata,

lo que yo de monje tibetano.

 

Y lo mismo que se adivina

un jodido trumpista en Bolsonaro,

es cosa sabida que hay, en da Silva,

un puto chorizo bolivariano.

 

Brasil, pues, en dos mitades,

casi exactas, realmente dividida:

Mal vamos si cada una de ellas

resuelve caminar por su lado;

pero iremos peor todavía

de entrar en permanente colisión,

de ir de topetazo en topetazo:

muchos habrán de perder allí la vida;

y languidecerá más aún, día a día,

tan grande y bellísima nación.

 

Llegó momento en que ni ‘la democracia’

se nos antoja ya la mejor salida;

precisamente porque ‘los forajidos de la política’,

mes tras mes, año tras año,

de maltratarla todos ellos se hartaron.

Y ahí la vemos, en tantos países, malherida,

como, a marchas forzadas, desamparada,

triste, solitaria y penosamente… agoniza.

Y la culpa de todo ello, irán luego diciendo,

la tuvo… la guerra de Putin… allá en Ucrania.

guirong fu

Tengo 60 tacos; es decir, una linda juventud... prolongada.
Catalán y ESPAÑOL de Barcelona, en donde ahora vivo feliz,
pues, TENIENDO SALUD, no me falta de nada.
Guirong Fu, en Twitter, decidí hacerme llamar;
y todos saben que es Nietzsche quien puse en mi avatar.
No hay en mí afán de ocultamiento,
pero va con mi talante el anonimato.
De otra suerte, aunque les pusiera mi retrato,
no habrían de reconocerme ustedes un pimiento.
Den todos por bien seguro, sin embargo,
que, siempre que se trate de defender MI DIGNIDAD
y EL HONOR de quienes me honran con su amistad,
no habré de ocultar de mí ni un solo dato.
¿Mis intereses? Los mismos que siempre tuve:
El humanismo, la buena literatura y el ámbito entero de la psicología.
Y aunque en la política no siempre demasiado me entretuve,
los años me han llevado a querer tomarle la medida:
Me duele su arbitrariedad, su falta de sentido común, sus dislates.
Su ambición soez, su arrogancia, su desvergüenza, su hipocresía.
Me indigna que me deslumbre con sus lindos 'escaparates'
y que cuando entramos a 'comprar' no nos dé más que porquería.

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