Conversaciones en el andamio. Picasso y la desmemoria. Por Francisco Gómez Valencia

Picasso y la desmemoria.

«Lo tremendo del Guernica es que además de su magnitud, su majestuosidad y la carga emocional que atesora, es que es de todos los españoles»

Recién, hemos asistido al 50 aniversario de la muerte del pintor español y claro está, que no podíamos obviar la efemérides, y más en este medio dirigido a esa enorme minoría culta que nos empuja a “seguir en el candelabro día a día”: como le dijo John Rambo al Coronel Samuel Richard Trautman, al final de RAMBO II.

A si que recuerden que: ¡Va por ustedes! En un artículo del prestigioso periódico francés Le Figaro, titulado: “Cincuentenario de la muerte de Picasso: el mundo cambia, el maestro permanece”, escrito por Eric Biétry-Rivierre y  Valérie Duponchelle (que por supuesto no se quienes son), decía que “cincuenta años después de su muerte, Picasso sigue irradiando ya que en un año normal, se cuentan unas veinte exposiciones en el mundo y todas ellas de éxito”. Y es que Picasso, fue y será uno de los grandes pintores universales, pese a que los Frankenstein ‘matrios’, intenten manosear su memoria, balanceando conceptualmente de manera sectaria su obra más visceral.

Como si de un paso de Semana Santa se tratara, otra vez su gran obra nos es presentada en su conjunto, inclinada groseramente hacia su lado (el oscuro ya saben), es decir; el contrario de la verdad, la justicia, la igualdad y la rectitud del bien en general.

Lo tremendo del Guernica ya puestos, es que además de su magnitud, su enorme majestuosidad y la excepcional carga emocional que atesora, es que es de todos y cada uno de los españoles. Picasso representó sin saberlo a todos los parias de la guerra en un lienzo, en un pasaje y con una pizca de locura, poniendo cara al horror en cada trazo desgarrado, pues en ellos, se atisba el inmenso dolor que la guerra provocó.

El tiempo que pone a cada uno en su sitio y eso, hace que hoy la gran obra, sea un homenaje a la memoria de todos nuestros antepasados, ganaran o perdieran en la guerra civil pese a los sectarios que nos desgobiernan.

Su talante universal obviamente puede con todo y se revaloriza pese al carácter minimalista y animalista de las izquierdas y sus socios nacionalistas, rememorando con su desvergüenza habitual, a su venerado Frente Popular antiespañol.

Y es que pese a ellos, gana la cordura pues Picasso seguramente a su pesar, hoy lo es de todos y cada uno de los hombres de la tierra.

Guernicas hay tantos, como guerras han sucedido por el mundo a lo largo de la Historia. Sin embargo el Gobierno de la muerte y la desmemoria, soportado por la hez de la hez social, cultural y política, otra vez saca a pasear sus vergüenzas y complejos, vomitando bilis en precampaña electoral. Lorca, Machado, etc, (les da lo mismo), son atesorados como suyos y lo suyo se usa como arma arrojadiza.

Asistimos a otro año electoral. Otro más y como le pasaba a Bill Murray en la peli “el día de la marmota” trataremos de sobrellevarlo pues acabadas las vacaciones, se relanza de nuevo la carrera para trepanar nuestras mentes.

Y claro está y sin salirnos de la linde del tema cultural y eso, otra vez vuelven a tratar de hacer suyo lo que alguien en el exilio y por encargo, plasmó en un lienzo seguramente hasta a desgana conociendo al personaje, ya que de lo contrario ni se le habría ocurrido. Es curioso, que de nuevo terminemos hablando de lo de financiar a la cultura con dinero público por costumbre, exclusivamente para su beneficio partidista. ¿Les suena?

Cincuenta años después, su odio pervive y los mantiene espabilados, pues el sentido del horror de la guerra forma parte de su habitual menú. Presentarlo tantas veces como sea necesario y frío si es preciso (como hacen en master chef hasta tres veces por semana), es soporífero más aún siendo usada como arma de destrucción masiva de nuestra paciencia, es decir: de la mitad de la población de su propio país.

¡Menuda turra!

Conversaciones en el andamio. Picasso y la desmemoria.

Feliz día de San Julio.
Españistan 12|04|23

Francisco G. Valencia

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo ante mí mismo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan tratando de explicar de una forma fácil y pragmática porque suceden las cosas y como deberíamos cambiar, para frenar el desastre según lo aprendido históricamente gracias a la Ciencia Política... Aspirante a disidente profesional, incluso displicente y apático a veces ante la perfección demostrada por los demás. Ausente de empatía con la mala educación y la incultura mediática premeditada como forma de ejercer el poder, ante la cual práctico la pedagogía inductiva, en vez de el convencimiento deductivo para llegar al meollo del asunto, que es simple y llanamente hacer que no nos demos cuenta de nuestra absoluta idiotez, mientras que la aceptamos con resignación.

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