Vivan las huelgas, viva la Pampa, viva el ombú, viva mi patria, Vickvaporú. Por Rodolfo Arévalo

Vivan las huelgas, viva la Pampa, viva el ombú, viva mi patria, Vickvaporú. Ilustración de Linda Galmor

«Si gana la derecha estas próximas elecciones del día veintitrés de julio, vamos a tener huelgas hasta en la sopa de ajos»

“Vivan las huelgas, viva la Pampa, viva el ombú, viva mi patria, Vickvaporú”. Por cierto el Ombú es un árbol que se da en Brasil, Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Imagino que en otros lugares también, pero lo desconozco. Hay que poner de moda este dicho entrecomillado, debe ser uno de los pocos que puede soltarse sin tener que enfrentarse a una querella de melindrosos. Lo del Vickvaporú del final, esta bien puesto, no es un error, es de obligado cumplimiento usarlo bajo la nariz para no morir con el hedor que exhalan algunos sujetos que portan políticas ya muertas, podridas y mal olientes, esas cuya antigüedad rebasa todo lo asumible si no queremos volver a principio del siglo pasado.

 

Todo se está convirtiendo en un mírame y no me toques. Aunque algunos y algunas ya quisieran que les tocasen… puestos en las listas electorales para pillar cuatro años más, de vida, por arte de birlibirloque, y sin tener que volver a ganarse el pan con el sudor de su frente.

 

Los de Podemos, lo llevan más crudo que otros, porque ya les ha tomado el pueblo la medida. Pero no pasa nada porque ahora ya se encargan Yolanda Díaz o Mónica García de tomar el relevo, como las dejen van a pasar consulta a muchos millones de crédulos.

 

Es prodigioso, como los partidos de izquierda se producen, escinden, multiplican y hasta renacen de sus machacadas cenizas, como el Ave Fénix. Es que debe de haber mucho crédulo o poco preparado intelectual en la Piel de Toro, porque si no, no se entiende. Pensaba que la fase de la credulidad, la confianza ciega en los grupos de amiguetes y la cándida inocencia se perdían tras la adolescencia y primera juventud, pero veo que erraba.

 

Parece mentira pero la adolescencia se ha prolongado en España hasta la edad de cuarenta y tantos años. ¡Por Tutatis! Que bajón, me ha entrado al enterarme. Si lo llego a saber les pido a mis padres que me hubiesen parido cuarenta años después porque entonces hoy tendría alrededor de los treinta y sería un feliz adolescente. Por desgracia ese tiempo ya pasó. Mi padre estuvo hospitalizado grave en el año ochenta y dos con la noticia de que el PSOE había ganado las elecciones. No es que esto le molestara ni poco, ni mucho, pero sí sabía que el PSOE siempre había traído desgracias al país y desafortunadamente no vivió muy contento sus últimos años, sobre todo cuando oía la radio y se cabreaba por lo mal que hablaban los periodistas en general.

 

Fue, mi padre, diplomático toda su vida, incluso antes de serlo era un persona realmente culta e informada que hablaba fluidamente tres idiomas aparte de su lengua nativa. Poseía una biblioteca con más de doce mil volúmenes, de los cuales había leído al menos tres cuartas partes. Entró en la carrera diplomática en mil novecientos cincuenta y dos y trabajó en diversos puestos y categorías del escalafón en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ya en su vejez, quedo casi ciego y no podía leer, escuchaba la radio y mascullaba entre dientes “pero cómo se puede hablar tan mal”, y añadía: España en cultura, va de culo y cuesta abajo.

 

Creo que ya en esa época no se equivocó en absoluto en su diagnóstico. Si viviera hoy en día, creo que volvería a morirse de puro asco. Ya se que esto a la caterva actual de gente guapa les da lo mismo y ni aunque resucitaran Federico García Lorca, Unamuno, Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Alberti, Muñoz seca, Benito Pérez Galdós y muchos otros intelectuales y escritores de renombre universal como el propio Cervantes, después de dar un puñetazo sobre la mesa se volverían a morir.

 

Emulando la opinión de mi padre, puedo entender que lo que llaman el pueblo llano, poco formado y con escasez de recursos léxicos hable de la manera en que se expresa. Es lógico y salvo que el chip intelectual de la mayoría de la población cambiara y le diera por estudiar a esa mayoría, durante muchos años todavía, el vocabulario en general no alcanzaría el nivel suficiente hasta dentro de al menos veinte años. Habría que empezar desde abajo con los parvulitos.

 

Lamentablemente los nuevos políticos recién llegados son bastante populistas, en el sentido de que se expresan en la misma tesitura que el pueblo que les vota. Esto que debería ser un plus se convierte en un gran despropósito, porque al final gobierna el país quienes menos recursos de los que se necesitan intelectualmente pueden ofrecer. Puede que organicen el estado más o menos bien y a gusto de unos o de otros, alternativamente, pero el resultado, no deja de ser penoso. Por eso comencé este escrito con una tontería como lo de “Vivan las huelgas, viva la Pampa, viva el ombú, viva mi patria, Vickvaporú”. No es un deseo, es una predicción, si gana la derecha estas próximas elecciones del día veintitrés, vamos a tener huelgas hasta en la sopa de ajos y esto por ponerles algo un poco picante para adornar. Al tiempo.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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