La vuelta al mundo en un dedal (27): ¡Vergogna! Por Guirong Fu

¡Vergogna!

«La vuelta al mundo en un dedal. Capítulo 27: Bien podrá el Papa del Vaticano escandalizarse y clamar, una vez más, ¡Vergogna!»

(a)

Mientras que de vez en cuando -sólo de vez en cuando-

nos acordamos de los muertos que ‘la guerra de Putin’ va dejando,

cientos de almas humanas,

a la desesperada búsqueda de cierta esperanza,

sus vidas ayer por siempre se abismaron

(b)

en las luctuosas aguas del Mediterráneo,

y no era precisamente un ‘crucero de lujo’

lo que, esas pobres gentes, en ellas realizaban.

Bien podrá el Papa del Vaticano,

si acaso se recupera de lo suyo,

escandalizarse y clamar, una vez más, «¡Vergogna!»:

(c)

no menos de 100 niños han perdido todo futuro

por cuanto un presente siniestro, aciago e injusto

sus tiernos sueños de infancia en un instante les arrebata y devora.

Cada vez supone, creer en el hombre, un esfuerzo más arduo…

¡Y, encima, cuesta tanto creer en Dios

(d)

cuando un niño muere… o la pérdida de su madre llora…!

No olvidemos nunca, sin embargo, que El Mal existe.

Y no es Dios quien su pérfida mente de alimaña humana emponzoña.

Con el poco o mucho bien que acaso a nosotros nos asiste,

(e)

aprendamos a ser más solidarios con quienes nacieron

‘en mal lugar’… o ‘en mala hora’:

ninguna culpa hay, en ellos, de ese infortunio feroz

que tan a menudo les embiste.

Y deseemos que haya un mundo -detrás de este mundo-

que trate a los frágiles ‘náufragos humanos’ algo mejor.

náufragos humanos

 

guirong fu

Tengo 60 tacos; es decir, una linda juventud... prolongada.
Catalán y ESPAÑOL de Barcelona, en donde ahora vivo feliz,
pues, TENIENDO SALUD, no me falta de nada.
Guirong Fu, en Twitter, decidí hacerme llamar;
y todos saben que es Nietzsche quien puse en mi avatar.
No hay en mí afán de ocultamiento,
pero va con mi talante el anonimato.
De otra suerte, aunque les pusiera mi retrato,
no habrían de reconocerme ustedes un pimiento.
Den todos por bien seguro, sin embargo,
que, siempre que se trate de defender MI DIGNIDAD
y EL HONOR de quienes me honran con su amistad,
no habré de ocultar de mí ni un solo dato.
¿Mis intereses? Los mismos que siempre tuve:
El humanismo, la buena literatura y el ámbito entero de la psicología.
Y aunque en la política no siempre demasiado me entretuve,
los años me han llevado a querer tomarle la medida:
Me duele su arbitrariedad, su falta de sentido común, sus dislates.
Su ambición soez, su arrogancia, su desvergüenza, su hipocresía.
Me indigna que me deslumbre con sus lindos 'escaparates'
y que cuando entramos a 'comprar' no nos dé más que porquería.

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