Conversaciones en el andamio. El enigmático PP. Por Francisco Gómez Valencia

El enigmático PP

«La situación en Extremadura permanece estancada pero ambos ganan tiempo de cara a prepararse ante las sucias estratagemas del PSOE»

Ayer por la tarde vi la luz, del tirón eliminé los mensajes en Twitter que había escrito sobre lo de Extremadura en modo hiperventilado, y por la noche borré también el archivo con el articulo que tenía preparado para hoy y me arranque a escribir este.

Creo que tanto el PP como el PSOE manejan unas encuestas internas terribles para Sánchez. Recordar que su suelo fueron 82 diputados en 2018 y casi nadie lo conocía, por lo que el adelanto electoral simplemente obedece a la necesidad de apaciguar los ánimos y las revueltas internas.

Tengo la sensación de que la criba va a ser tan brutal, que miles de cargos se quedarán sin  trabajo en cinco semanas, por lo que desde Ferraz dudo que esperen la mínima colaboración, de ahí que Sánchez esté en perfil bajo de lunes a sábado, y solo pretenda aparecer en los medios donde nadie le pueda increpar.

La debacle ya es tal, que por ejemplo García-Page primero accedió a que gobernara la lista más votada, sin éxito; y ayer volvió a intentar desesperadamente salvar los pocos muebles que le quedan pese a presidir la comunidad,  ofreciendo sus concejales para pactar con el PP compromisos sobre VIOGEN, para intentar a la desesperada sacar a VOX y retratar al PP, al menos ante su propia parroquia socialista.

Tengan en cuenta que pese al encontronazo de ayer, los acuerdos van llegando con cuentagotas pero de manera ordenada. Primero fue en la Comunidad valenciana de manera rápida y limpia, mientras que sigilosamente firmaron un acuerdo con Revilla en Cantabria a través del cual, el PP prácticamente ha liquidado al PRC, desmantelado su cantera, desmotivado al no presentarse el 23J, y en breve seguramente descabezado, pues no auguro demasiado futuro a Revilla a su edad, en la oposición y con la Justicia en los talones por el caso autopistas.

Que te vote Txapote

EL PSOE mientras tanto, trata de manejar el relato pero no puede pues el 28M y el lema “que te vote Txapote” pesan demasiado. La turra de los debates no da más de sí y fomentar el miedo ante los pactos con la ultraderecha tampoco, visto que populares y voxeros se han entendido perfectamente en los ayuntamientos. 

En cuanto a la fecha, perjudica a todos por igual incluido el batiburrillo de Sumar, por lo que la contundencia de mayo es extrapolable a julio, aunque con una participación menor. Dicen que a menor participación mayor representación de los partidos minoritarios pero… ¿es que acaso los votantes de las minorías se van a privar menos que uno del PP o PSOE? En ningún caso. 

Siguiendo con los pactos, los últimos episodios han sido el entendimiento a medias en Baleares con las condiciones generales ya plasmadas en un documento, con Abascal desde ayer en Mallorca como testigo para bendecirlo. En cuanto al atasco  sobreactuado por ambas partes en Extremadura, la situación permanece estancada de momento y; es interesante porque ambos ganan tiempo de cara a prepararse ante las sucias estratagemas o envites del PSOE. 

Además, el enfrentamiento sirve para demostrar ante sus electorados y demás opinión publica, que nadie cede a los chantajes, lo cual ensancha al PP por el centro restando apoyos al PSOE, y reactiva a los seguidores de VOX (aunque a estos con un sarmiento que los den, ya se ponen como motos).

Perder la presidencia de la asamblea extremeña es una cuestión nimia si analizamos el inmenso poder que el PP ha adquirido el pasado día 28M, más el que previsiblemente logrará el 23J. 

Pese a las cinco semanas que faltan, no hay prisa y Extremadura, Murcia o Aragón podrían esperar dos meses sin que PP o VOX perdieran apoyos por ello, simplemente son ases que el PP se guarda en la manga para contrarrestar los ataques mediáticos del PSOE cuando hagan falta, o un efecto negativo de los debates en el peor de los casos.

Repetir las elecciones no es muy lógico, aunque llegado el momento y aunque parezca una locura, como serían en Noviembre con el Gobierno en manos de la previsible nueva coalición PPVOX, tampoco sería tan grave salvo por lo del tiempo perdido, pero: ¿desde cuándo eso le preocupa a un político? Sus biorritmos son diferentes a los del populacho. De hecho, cuando pactaron en Madrid, Andalucía, Murcia o Castilla y León con Ciudadanos, gobernaron en coalición de manera fructífera hasta que los populares decidieron romper unilateralmente y convocar elecciones, arrasando después en todos los casos a la izquierda.

¿Pretenderán hacer lo mismo desgastando a VOX en los Gobiernos en previsión de acabar con  ellos como pasó con Ciudadanos? Es posible aunque VOX no se entregará nunca al PSOE, y solo manejarán (y muy  bien por cierto), el folclore y a lo sumo también la educación, por lo que creo que de momento habrá VOX para rato. En cuanto a los acuerdos autonómicos pendientes; irán fluyendo según le interese al partido vencedor en las primarias de mayo, por lo tanto; está en su derecho de marcar los tempos en las negociaciones.

Conversaciones en el andamio. El enigmático PP.

Feliz día de San José Isabel Flores Varela.

Españistan 21|06|23

Francisco G. Valencia

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo ante mí mismo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan tratando de explicar de una forma fácil y pragmática porque suceden las cosas y como deberíamos cambiar, para frenar el desastre según lo aprendido históricamente gracias a la Ciencia Política... Aspirante a disidente profesional, incluso displicente y apático a veces ante la perfección demostrada por los demás. Ausente de empatía con la mala educación y la incultura mediática premeditada como forma de ejercer el poder, ante la cual práctico la pedagogía inductiva, en vez de el convencimiento deductivo para llegar al meollo del asunto, que es simple y llanamente hacer que no nos demos cuenta de nuestra absoluta idiotez, mientras que la aceptamos con resignación.

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