Sophia Loren: Gran actriz, esposa y madre. Por Susana del Pino

Sophia Loren

«Personalmente, además de admirarla como actriz, esposa y madre, una de las cualidades que resalto de Sophia Loren es su belleza interior»

  Las personas que han tenido el privilegio de conocer a la gran actriz italiana coinciden en describirla como una mujer bella, elegante, serena, amable y con un excelente humor. Ama a su país y está orgullosa de ser napolitana, algo que según la actriz le da fuerza y le inspira, le encanta viajar, la música, el arte y cocinar. La familia que ha creado junto a su marido es el mejor regalo que le ha dado la vida.

 

  Sofía Constaza Brígida Villani Scicolone nace en Roma en 1934 y vivió en primera persona la crudeza de la Segunda Guerra Mundial, algo que nunca ha olvidado. Tras el abandono de su padre, Riccardo Scicolone (1907-1976) que no quiso casarse con su madre por la diferencia de estatus social ya que él procedía de una noble familia, pasó su infancia en la localidad de Pozzuoli, cerca de Nápoles junto a su madre, su hermana Anna María y  su abuela, que abrió una modesta taberna en la que trabajaron unidas para salir adelante.

 

  Su madre Romilda Villani (1910-1991), profesora de piano y aspirante a actriz, influyó en el camino que habría que tomar su hija en la vida. Por entonces en Italia existía gran interés en el cine norteamericano y la joven Sofía se sentía muy atraída por este mundo, sin saber entonces el futuro tan exitoso que le esperaba como actriz a nivel mundial.

Sophia Loren y Marcelo Mastrroianni

  Se trasladó a Roma con su madre buscando nuevas oportunidades, eran tiempos difíciles y vivieron con un pariente mientras ganaban dinero suficiente que les permitiera vivir solas. Su madre y ella participaron como extras en la película Quo Vadis dirigida por Merwin LeRoy (1900-1987) y rodada en los estudios de Cinecittà en Roma. a partir de entonces empezó a relacionarse con personas que formaban parte del mundo del celuloide. 

 

   En 1950 comenzó interpretando papeles en telenovelas y películas en las que comenzó a ser conocida con el nombre de Sofía Lazzaro y su primer sueldo lo empleó en la gestión y trámites para que su hermana llevara el apellido paterno, ya que su progenitor se negaba a concedérselo por lo que tuvieron que tratar el asunto con él. La primera película en la que se dio a conocer a nivel internacional fue El oro de Nápoles (1954), de Vittorio de Sica (1901-1974). En esa época se presentó a varios concursos de belleza ganando algunos premios y en este ambiente conoció a Carlo Ponti (1912-2007) que tras su primer encuentro la llamó para entrevistarla y ofrecerle un contrato por algunos años, al productor de cine le impresionó su belleza, vio las aptitudes que tenía para la interpretación y se enamoró de ella. La italiana adoptó el nombre artístico de Sophia Loren en honor a la gran actriz sueca Märta Torén (1926-1957) por la que Sofía sentía profunda admiración y que lamentablemente murió muy joven aunque con una filmografía de más de veinte películas.  

Sophia Loren y Carlo Ponti

  Carlo Ponti le consiguió varios contratos con directores italianos trabajando en títulos como Carrusel napolitano, La ladrona, su padre y el taxista, Embajadora de amor, Nuestros tiempos con el gran actor napolitano Totó (1898-1967) o la comedia La bella campesina, basada en la novela El sombrero de tres picos del escritor español Pedro Antonio de Alarcón (1833-1931). Ponti promocionó su carrera en Hollywood donde comenzó a codearse con las figuras más relevantes del momento en el mundo del cine como Gregory Peck, Marlon Brando, Raf Vallone, Charles Chaplin y John Wayne entre otros. Cary Grant se enamoró perdidamente de ella y aunque mantuvieron un romance, Sophía rechazó su propuesta de matrimonio ya que estaba enamorada de Carlo Ponti con quien se casaría por poderes en México en 1957, boda que el productor no quiso posponer ante la insistencia del galán americano con la bella actriz. A pesar de su negativa, Sophia y Cary mantuvieron una entrañable amistad hasta la muerte del actor en 1986.

Sophia Loren Cary Grant

  Esta boda sin embargo no tendría validez en Italia ya que Carlo se casó en 1946 con Giuliana Flastri (1925-2006) y aunque no convivían, en Italia no existía el divorcio y podrían haber sido acusados de bigamia por lo que ocultaron su boda y esperaron unos años hasta que el productor se divorciara legalmente en 1965 casándose con la actriz un año después en Sèvres, localidad al suroeste de París e internacionalmente conocida por la fábrica de porcelana que lleva su nombre.   

Sophia Loren con su marido Carlo Ponti

   Con la película Orgullo y pasión que rodó junto a Cary Grant (1904-1986) y Frank Sinatra (1915-1998) consiguió un gran éxito internacional que le llevó a firmar un contrato en 1958 con Paramount Pictures, esto le haría viajar continuamente entre Estados Unidos e Italia. En 1960 protagoniza la que sería una de las películas más emblemáticas de su carrera por la temática y porque con ella consiguió el Oscar a mejor actriz en la modalidad de lengua extranjera. Se tituló Dos mujeres y está basada en la novela La ciociara del escritor italiano Alberto Moravia (1907-1990), en su rodaje la actriz tuvo muy presente su propia vida y las vicisitudes que pasó junto a su madre, en la que se inspiró para el papel, durante el periodo en el que transcurre la acción, la Segunda Guerra Mundial, a partir de entonces Sophia Loren se convirtió en una de las actrices más admiradas y cotizadas del mundo. En estos años trabaja en grandes producciones como El Cid, rodada en España y dirigida por Anthony Mann (1906-1967), primer marido de Sara Montiel, en la que interpretó a Doña Jimena junto a Charlton Heston (1923-2008) en el papel de Rodrigo Díaz de Vivar que tuvo excelentes críticas e hizo que la figura del guerrero castellano se conociera más allá de nuestras fronteras. La caída del Imperio Romano (1964) será otra gran producción en la que Sophia encarna a Annia Lucilla, hija del emperador Marco Aurelio (121-180). Ese mismo año protagonizó otra de las películas más conocidas de este periodo del cine italiano de nuevo junto a Mastroianni, basada en la obra de teatro Filomena Marturano del napolitano Eduardo de Filippo 

Sofia Loren en lateral de ventana

  Sin embargo no dejó de trabajar en Italia junto al famoso actor y director de cine Vittorio de Sica al que estuvo muy unida al igual que a Marcello Mastroianni (1924-1996) con el que trabajó en doce películas y al que le unió una profunda y sincera amistad. Boccaccio 70 fue una serie de cuatro episodios dirigidos por distintos directores en la que se afrontaba el tema del amor y la moral en tiempos modernos evocando algunos relatos del gran escritor italiano Giovanni Boccaccio (1313-1375), Sophia protagonizó el episodio La riffa que dirigió De Sica al igual que la película Ayer, hoy y mañana en la que interpreta a tres mujeres , una chica napolitana que evita ir a la cárcel quedándose embarazada en varias ocasiones, el segundo personaje será una señora de Milán que desea ser infiel a su marido y por último  una prostituta romana que intenta seducir a un seminarista. Esta película le valió en 1964 el premio David de Donatello como Mejor Actriz Protagonista, uno de los siete prestigiosos premios italianos que ha conseguido en su carrera.

 

  Tras dos abortos, Sofía deseaba profundamente ser madre, lo que consiguió finalmente. Tuvo dos hijos, Carlo Ponti (1968),  director de orquesta de gran prestigio y Eduardo Ponti (1973) que ha seguido los pasos de su padre y es director y productor de cine, ellos son su gran tesoro. Cuando nacieron hizo un parón en su carrera para ocuparse de ellos, siempre supo compaginar su vida artística con la familia, algo fundamental para la actriz y su marido que creían firmemente en el compromiso, el amor y la familia. Carlo Ponti, tal y como afirma la actriz, le aportó seguridad, significó mucho en su vida y existía entre ellos una gran complicidad, siempre estuvo segura de haber sabido elegir en el amor, algo tan importante en las relaciones de pareja.

Con su familia, 1976

  Tras cuidar a su primer hijo Carlo decide por un tiempo retirarse del cine para ocuparse de él y un año más tarde protagoniza Los girasoles con Mastroianni y De Sica, película por la que le otorgarán un nuevo David de Donatello en 1970. Después del nacimiento de su hijo Eduardo al que también cuidó personalmente durante un tiempo, protagonizó una de las películas quizás más conocidas de su filmografía, Una jornada particular (1977) de Ettore Scola (1931-2016) de nuevo con su amigo Marcello que tendrá numerosas nominaciones y premios, entre ellos el Globo de Oro, el premio César francés y en 1978 una vez más el David de Donatello. 

 

  En los años ochenta, Sophía trabajó en miniseries para televisión como Madre corage (1986)  o Mamma Lucía (1988)  conocida en español como El peregrino afortunado, basada en la novela del escritor estadounidense de origen italiano Mario Puzo (1920-1999) autor de la novela El Padrino cuyo texto adaptó como guion cinematográfico junto a Francis Ford Coppola (1939)  para la trilogía del mismo nombre dirigida por éste último. Mamma Lucía es una de los trabajos con los que más se identifica la actriz napolitana, ya que la protagonista emigra a Estados Unidos, se instala en Little Italy en Nueva York y ha de trabajar para sacar adelante a su familia en los años difíciles tras el Crack de 1929, argumento que le recordaría a su juventud.

 

 En 1982 vivió un desafortunado episodio al ser acusada junto a su marido de cometer fraude fiscal llegando a pasar incluso algunos días recluida, algo que no debía haber ocurrido ya que años más tarde la Corte Suprema de Italia le dio la razón a la actriz atribuyendo el supuesto fraude a su contable. A partir de entonces Sophia será muy selectiva a la hora de elegir papeles rechazando incluso algunos en series americanas que fueron tan exitosas en la década de los ochenta como Dinastía o Falcon Crest.

Sophia con su marido y sus hijos.

  Prêt à porter será una elección sin embargo no demasiado acertada para su trayectoria aunque quizá la participación de Marcelo Mastroianni y la amistad que les unía pudo ser decisiva para aceptar el papel que a pesar de un importante elenco de primeras figuras del cine no obtuvo muy buenas críticas.

 

  En 1999 fue Sophia Loren la encargada de entregar la estatuilla de los Oscar de Hollywood al actor y director italiano Roberto Benigni (1952) por la película La vida es Bella protagonizando uno de los momentos más memorables para la historia del cine italiano. Los años siguientes trabajó en un documental sobre su vida, algunas películas y miniseries. En 2009 trabajó en Nine, adaptación de un musical de Broadway en la que hace el papel de madre del protagonista, Daniel Day- Lewis (1957)

 

  En 2002 y 2014  bajo la dirección de su hijo Eduardo protagoniza  Entre extraños y Voz humana. La película La vida por delante (2020), será su ultimo trabajo también dirigida por su hijo, basada en la novela del escritor de origen judío Romain Gary (1914-1980) La vida ante sí que narra la relación de una mujer superviviente del holocausto con un niño senegalés y la unión tan especial que surge entre ellos, una película que habla de tolerancia y amor incondicional. Recibió su último premio David de Donatello en 2021 por su trabajo como mejor actriz protagonista siendo hasta ahora la actriz con mayor edad que ha recibido el citado galardón.

 

  Ha realizado casi cien películas y a lo largo de su vida han sido muchos los premios y reconocimientos a nivel mundial que Sophia ha conseguido. El  American Film Institute (AFI) Instituto Estadounidense de Cine,, establecido en 1967 y que representa una de las más relevantes instituciones en el mundo sobre actualidad, crítica y valoración en cuanto al cine, se ha referido a Sophia Loren como una de las actrices más importantes de todos los tiempos. Considerada como un icono del cine italiano, forma parte del grupo de actrices también italianas como Lina Lollobrígida, Lucía Bosé, Claudia Cardinale o Virna Lisi que han triunfado por su talento, su dedicación y su belleza ensalzando el cine italiano en el resto de Europa y América.

Sophia Loren en la cocina amasando la pizza

 Gran embajadora de Italia, aunque habla varios idiomas le gusta expresarse en italiano, ama los spaghetti y es una gran cocinera que incluso ha publicado dos libros  de recetas, Yo, en la cocina (1971) dedicado a su abuela materna que fue quien le enseñó a cocinar y Sofía Loren, Recetas y Recuerdos (1999). Sus comentarios sobre los platos, con magníficas fotografías y  sobre su propia experiencia en restaurantes y momentos de su vida le han hecho ser best sellers desde su publicación. Amante del arte, posee una interesante colección de pintura y  piezas de arqueología que junto a su marido logró reunir.

 

  Personalmente, además de admirarla como actriz, esposa y madre, una de las cualidades que resalto de Sophia Loren es su belleza interior. Es una mujer que a pesar de tener una carrera repleta de éxitos, conocer a personajes muy influyentes y vivir en un mundo privilegiado en muchos aspectos, ama las cosas sencillas, disfrutar de los momentos en casa, pasear, estar con sus hijos y sus nietos o compartir una cena con amigos le hace feliz y estar en paz.  Para ella es esencial entender al otro, ponerse en su piel y tratarlo con respeto y amabilidad porque detrás de cada uno hay una historia.

 

  En la vida también ha experimentado momentos difíciles que ha sabido afrontar con  fuerza interior y determinación. Una vida  apasionada, mirando siempre al futuro y con alegría de vivir, eso es lo que le hace sentir viva.  Me gusta cuando dice Sigo la voz de mi corazón”, como buena italiana. En su residencia de Ginebra encuentra calma y serenidad, y aunque echa mucho de menos al que ha sido el amor de su vida, su marido Carlo Ponti, es una madre y abuela feliz. Sus nietos y sus hijos son para ella la felicidad.

 

   El pasado 20 de septiembre de 2023 cumplió ochenta y nueve años. Mi admiración a una gran mujer, dedicándole una de sus canciones preferidas en la voz de los magníficos Lucio Dalla y Luciano Pavarotti, «Caruso«, que muchos conocen por su hermoso estribillo “Ti voglio bene assai”

                  

                                                                                                                  

 

Susana del Pino

Malagueña y amante del arte, una de las pasiones de mi vida. Me gusta la belleza, la armonía y quiero siempre la verdad. Me siento afortunada y agradecida por muchas cosas, entre ellas haber viajado y conocido otras culturas que me han aportado tanto. Italia me fascina, nunca me cansaré de visitarla, siempre que regreso siento que una parte de mí se queda allí.

La vida es una oportunidad maravillosa para aprender, conocer, soñar, compartir, sentir... y siempre amar.

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