Con el Nuevo Orden Mundial será imposible caer en la tentación de abrazar gran parte de los pecados capitales, tal y como los conocemos hoy
Los pecados capitales y la cíclica invasión de los bárbaros. Por José Antonio Marín Ayala

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Con el Nuevo Orden Mundial será imposible caer en la tentación de abrazar gran parte de los pecados capitales, tal y como los conocemos hoy
Bergoglio que se pierde: «La ira es como el fuego: no se puede apagar sino al primer chispazo. Después es tarde. Giovanni Papini»
La BBC es el altavoz de esta movida repugnante y el colaboracionismo en la destrucción de España tanto en lo que se refiere a las comparaciones de la banda terrorista como a la no entrega de los responsables de rebelión en Cataluña
Veamos algunas diferencias…
Sin tratar de buscar paralelismos y considerando que cada nación europea ha solucionado sus problemas internos a su manera pero dado que hay ciertos sectores que se plantean la situación como parecida en ambos territorios es por lo que se presentan estas puntualizaciones sobre las diferencias.
El territorio del Señorío de Vizcaya depende continuamente de los reyes castellanos desde 1.180 y se integra en la Corona de Castilla en 1.379. Fernando el Católico, en aras de su reclamación genealógica toma Navarra en 1.507.
Irlanda es conquistada por Guillermo III de Orange tras la cruenta batalla de Boyne en 1.690 y se une al Reino Unido de la Gran Bretaña por la Ley de Unión de 1.801.
Juan I juró los Fueros del Señorío heredado en 1.379. Fernando el Católico también respetó los Fueros de Navarra, cuyas Cortes le juran fidelidad en 1.507.
Guillermo suspendió los derechos de los católicos que lucharon contra él en los ejércitos jacobitas. La Ley de Unión (Union Act) de 1.801 se aprobó y se impuso unilateralmente desde Londres. La bandera de la Unión presenta la cruz roja de San Patricio, en aspas, «quebrada» bajo la inglesa de San Jorge como símbolo de dominación sobre Irlanda.
En el País Vasco, la función del mantenimiento del Orden ha correspondido siempre a la Policía y a la Guardia Civil, además de a la Ertzainza, y hoy casi todo lo copa esta última.
En el Ulster el Ejército Británico ha tenido presencia constante hasta poco antes del Acuerdo de Viernes Santo, en abril de 1.998.
En el País Vasco ni el Ejército ni las Fuerzas del Orden han protagonizado masacres aunque acusaciones nunca han faltado.
Nada comparable con las acciones de Irlanda del Norte el 30 de enero de 1.972.
En cuanto al rechazo de la violencia el brazo político de ETA jamás ha condenado sus crímenes ni cuando ha apoyado al propio gobierno vasco.
En Irlanda del Norte el brazo político del IRA rechazó cualquier recurso a la violencia antes de firmar el Acuerdo de Viernes Santo.
En el País Vasco nunca ha habido división entre comunidades.
Basta mirar los muros físicos y sociales que dividen a católicos y protestantes norirlandeses.
La declaración de Lizarra fue una iniciativa unilateral sin ningún rechazo de la violencia terrorista de ETA, y no digamos de las patéticas declaraciones de fin de la violencia con payasos extranjeros incluidos invitados.
En el Norte de Irlanda el Acuerdo de Viernes Santo es un documento consensuado.
Finalmente el País Vasco lleva disfrutando ininterrumpidamente de un Estatuto que le concede MAYOR AUTONOMÍA QUE LA QUE TIENE CUALQUIER REGIÓN EUROPEA, fundamentalmente en la recaudación y distribución de impuestos. Además ahora vemos a los terroristas sentados en las instituciones o haciendo campaña.
Esto no ocurre en Irlanda del Norte.
Y ya sin entrar en la perversión del lenguaje de hablar de paz, de guerra, de soldados vascos, cuando no hay Ejércitos enfrentados sino situación de terrorismo, asesinato, delincuencia, intimidación, desórdenes callejeros y amenazas permanentes contra las personas que no piensen como ellos y sus propiedades.
¿Quién es realmente el verdugo de quién en el país Vasco?.
Con esto se demuestra la perversidad, ridícula y radical inutilidad del sistema de organización territorial de las autonomías que única y exclusivamente han servido para crear barreras entre españoles y de un sistema electoral también perverso que deje en manos de los separatistas la formación de gobierno, obteniendo más concesiones en cada proceso electoral a cambio de desmontar las competencias estatales.