
Llego tarde a las puertas del Parque del Retiro. Acabo de leer que la exposición del maestro Ripo permanecerá hasta el 28 de Junio a lo largo del Paseo de México (desde la Puerta de la Independencia hasta la Fuente de los Galápagos . No me la quiero perder. Son 21 esculturas de gran tamaño al aire libre (15 en bronce y 6 en fibra recubierta de cristal de murano coloreado), que muestran a las claras el talento de este hombre que hace «un siglo» encontró la libertad y la alegría propias de la infancia. Y las coloreó como oficio vital al que, con sus propias manos e ingenio, convirtió en Arte.
La suerte, como en otras raras ocasiones, me acomapña. Al llegar, cerca del estanque, le veo dirigiendo un taller de jóvenes escultores. Se mueve como cuando le conocí hace más de treinta años: ágil y felino. Nos saludamos, me dice que lo único importante en la vida es sentirse bien en la propia piel de cada uno, y que él, lo ha conseguido. Además de su obra, el Ripo ha alcanzado, con una suma interminable de paladas de ética y esfuerzo, cierto conocimiento ancestral basado en la libertad: quizás por eso tiene cuidado en no pronunciar la palabra «felicidad», aunque su conversación gira por completo en torno a ese estado de ánimo, utopía, con el que siempre soñamos. Me asegura que hay que estar siempre atento, con los «antenas» puestas, porque en cualquier momento la vida te puede abrir la puerta que estás buscando, pero si no pasas rápido, la puerta se cerrará para siempre. Estar atento a las expectarivas es, por tanto para el maestro Ripo, la única manera sensata de poner los pies en el suelo cada día y así comenzar la paseata vital.
las esculturas viajeras del Ripo viajarán el uno de julio a Lisboa.
Gracias. http://calogeromiraviajes.wordpress.com