
Al artista Florentino Díaz le gusta la paseata. Y así, al ir o regresar de hacer y producir, por las mañanas o en la noche, después de comprar, mirar, hablar, o simplemente mover el corazón, le encuentro muy a menudo por el Barrio de las Letras. Hoy, en la esquina de Quevedo con Lope de Vega, coincidimos con un cuadrilla de limpieza del Ayuntamiento. Están fregando unos versos enlatonados al pavimento que, con la grasa cutre de los días, ya ni se pueden leer. La situación es algo surealista: dos trabajan mientras cuatro capataces vigilan la operación. Le digo -Qué bien, la poesía otra vez limpia- Y Florentino me contesta – Si es que esto es una locura, ¿Qué mente pensará el mobiliario urbano? Mira.. Cuánto esfuerzo para que dure unos días…- Y con su fino sentido del humor concluye: – Pero claro así alguna empresa se lo lleva bien y estos operarios tienen trabajo. Si es que está todo pensado-.
Me pregunta si he visto las nuevas marquesinas para las paradas de los autobuses. Una especie de peceras de metacrilato: -«Qué les pasa a las que retiran, de hierro forjado. Cuánto dinero… Qué falta de pensamiento al ordenar y diseñar la ciudad…»- .
El maestro tiene razón. Como cuando hablamos de la obra en la Carrera de San Jerónimo. Y es que Florentino además conoce, y ha contado, los árboles que han caído por el aparcamiento que «Sus Señorías» han decidido regalarse con el dinero de todos. Los ha visto morir y, sencilla y humanamente, se ha disgustado. Por mi parte, reconozco que no me he fijado en los verdes daños colaterales del caro desatino de nuestros políticos y es que, cada vez que me me acerco a la obra del Parlamento, me indigno y nada puedo ver.

Muy cerca, en la sala de arte contemporáneo Formato Cómodo, Florentino expone sus últimos trabajos, que pueden contemplarse hasta el 28 de febrero. Una de sus obras se titula «Perdonen las molestias» : Una estocada certera porque la frase ha quedado, en los últimos años, grabada en el cerebelo de los españoles al ritmo frenético de las excavadoras y martillos pilón. La exposición se titula «Incómoda ciudad (El jardín de Goethe)» , y en ella Florentino Díaz muestra sus últimas obras, casi todas realizadas en 2009. Dice que – «En esta incómoda ciudad, Goethe y su jardín se nombran para remarcar su ausencia. Ausencia de la razón, de la lógica del pensamiento en el ordenamiento de la ciudad». Le pregunto que con lo de «incómoda» quizás, se ha quedado corto, y como contestación, tan solo me sonríe, con ironía, claro está. Los dos miramos al suelo y a leer la frase de Lope de Vega: ¿Quien mato al comendador? Fuenteovejuna, Señor» los dos sonreímos, y esta vez, con una respetuosa mueca de complicidad.
Es genial además el juego de entretenernos con cosas, para que no veamos lo que están haciendo con Madrid… como madrileña ya me quejaba de las fuentes de Álvarez del Manzano, monstruos espeluznantes en mitad de cualquier sitio que sólo gastaban dinero, pero… ¿y ahora qué? vemos fastidiar nuestros lugares emblemáticos, nuestros rincones y callamos… y si hablamos… ya nos darán otra cosa de qué hablar y, si no lo hay, se dejarán un micro abierto.
…¡Refúgiate en tu soledad, amigo mío! Te veo acribillado por moscas venenosas.¡Refúgiate allí donde sopla un viento fuerte y frío!Ya has vivido mucho tiempo entre gente mediocre y miserable. No alces tus brazos contra ellos. Son legión, y tu destino no es el de convertirte en matamoscas. Esa gente mediocre y miserable es muy numerosa, y tú sabes que las gotas de lluvia y las malas hierbas han acabado derribando a más de un soberbio edificio…(Nietzsche)
Siempre te queda la casa de los maquis.