Trato de olvidar el periodismo. El oficio del periodismo, se entiende. Porque la lectura de los diarios, el visionado de algunos informativos de televisión o la escucha de la radio, se han revelado como viejos hábitos pegados a la piel que, pienso, no podré despegarme tan fácilmente, y por ahora me enredan la atención.
Han sido demasiados años, y por eso, quizás, me resulta difícil ese cambio de oficio que, intuyo vitalmente necesario en estos días en los que trato de caminar a «la casa de los maquis». La utopía. Pero es que, sobre todo, me cabrea la información. La «falta de», claro está.
!Pero qué cantidad de lameculos se encuentra uno por minuto de emisión!. Cuánta fata de oficio en los periodistas que solo publican propaganda y publicidad. Y luego los catedráticos hablan de «crisis del periodismo». Sólo basura que creo va a ser difícil de reciclar.
¿Saben ustedes la cantidad de besos y ramos de flores que los periodistas dieron a María Teresa Fernández de la Vega el día de su despedida del infame Gobierno de Zapatero?. ¿Cómo si periodistas y políticos fueran la misma familia? Qué locura. Lo ha expresado bien uno de los últilmos que además cita al maestro Joaquín Vidal. Me refiero a Javier Pérez de Albéniz. Y su cita, concisa, impactante, merece un pullitzer:
“Señores, no empecemos a chuparnos las pollas todavía”. Pulp Fiction.
Y es que de «paseante en cortes» he aprendido a prestar mas tiempo a la prensa salmón, la económica. Y aquí también es fácil encontrar un ejemplo. ¿Cuántas informaciones han aparecido en los grandes medios de comunicación que traten de explicar los recientemente emitidos bonos patrióticos de Cataluña? ¿Un éxito de colocación? ¿O no? Porque hoy en día, claro está, un interés anual del 4,75 está muy bien.
Qué vergüenza y, sobre todo, que desatino tan bien expresado por Marc Vidal. Porque la operación financiera es en realidad la mayor estafa política, y económica, a los catalanes, de nuestra historia reciente. Merece la pena leer las trece razones para no comprarlos que publica el «Diario de una ejecutiva».
Una Comunidad Autónoma con la caja vacía y mucho mamoneo a su alrededor, esa es la ecuación. Como lo de Laporta y su juego de diseño. La alineación cuenta con el dinero, el espectáculo del fútbol, y la política separatista para tratar de ganar un partido inexistente que al final solo acabará con un mayor indice de pobreza. Pues claro que hay que adelgazar el estado de las autonomías.
Y es que hay días que le entran a uno cosquillas por soñar con ejercer de periodista.